(Bloomberg).- Si el hecho de que su compañía le ayude a pagar su educación le parece agradable, prepárese para esto: existe un empleador que financia los estudios de sus futuros empleados.
KPMG anunció que pagará a un grupo de adultos jóvenes para que obtengan una maestría en contabilidad después de que se hayan graduado de la universidad y antes de que se unan a la firma de tiempo completo, en parte para prepararlos para ser auditores en la era de los datos.
El plan es que 50 estudiantes participen en el plan piloto y tomen sus cursos en Villanova School of Business o en el Max M. Fisher College of Business de la Ohio State University. Estos estudiantes pasarán el otoño de 2017 tomando clases, posteriormente una temporada como auditores internos en KPMG, una de las cuatro firmas más grandes de Estados Unidos, completarán sus estudios durante el verano y entonces comenzarán a trabajar como practicantes de auditoría en la firma, con un compromiso para permanecer por tres años con KPMG.
Los participantes serán integrados dentro del programa de Ohio con todos los demás estudiantes del Máster en contaduría.
En Villanova, los estudiantes estarán en un grupo separado y con un programa que el vicedecano Daniel Wright describió como “un matrimonio de conceptos contables de alto nivel con conceptos analíticos de alto nivel”.
A medida que la contabilidad evoluciona en la era digital, la firma se ha aliado con diferentes instituciones para desarrollar “una nueva forma de pensamiento acerca de lo que debe ser el entrenamiento para llegar a ser contador”, dijo Scott Marcello, vicepresidente de auditoría en KPMG.
“No es solamente agregar datos y analítica, sino ir integrando y combinando esas habilidades con otras muchas que necesitan nuestros profesionales – capacidades profesionales, como entender cómo auditar, y habilidades de pensamiento crítico”, agregó.
¿Por qué pagarle a un montón de estudiantes antes de que comiencen a trabajar de tiempo completo? Bueno, es una buena herramienta de marketing.
Pero Marcello dijo que, aunque KPMG tiene sistemas internos de entrenamiento, le está resultando difícil alentar a prepararse más a algunos reclutas, deseosos por terminar la escuela e ingresar en el mercado laboral.
“¿Nos ayudará dar a los estudiantes esa oportunidad mientras siguen en la escuela, si conseguimos crear los incentivos correctos – por ejemplo una buena oferta de prácticas profesionales y un compromiso de que ellos comenzarán a trabajar?”, dijo.
“Parte de nuestro objetivo es acelerar su desarrollo. Porque, una vez que hayan pasado por este programa intensivo, consideramos que será posible que comiencen a trabajar y ser más eficientes de lo que eran antes”, agregó.
Muchas compañías proveen asistencia educativa de una forma u otra. Por ejemplo, Ernst & Young, otra de las cuatro grandes, tiene un programa que paga a un grupo de estudiantes de minorías para que obtengan su maestría en contabilidad, impuestos o economía, o un máster en leyes tributarias generales.
Los participantes ya han realizado prácticas profesionales en la firma previamente y se tienen que comprometer a trabajar ahí por cuatro años después de haber completado sus estudios.