Cuando está sentado frente a un ordenador con acceso a todas las cosas maravillosas que Internet tiene para ofrecerle, es difícil resistir la tentación de abrir varias pestañas y dedicarse –en horas de trabajo– a algunas actividades no relacionadas a sus funciones, incluso si está “contra el reloj”.
De modo que, si suele interrumpir su jornada laboral para navegar sin rumbo volcándose a sus asuntos personales, quizá haya caído en la ciberholgazanería.
Y es que, en el entorno laboral actual, muchos empleados en lugar de hurtar bienes de la empresa, hurtan otro elemento fundamental: el tiempo de trabajo.
BBC Mundo sostiene así que las consecuencias de la ciberpereza pueden oscilar entre distracciones breves hasta inconvenientes más serios que incluyen el uso inadecuado de los recursos de la empresa, que puede derivar en conexiones más lentas o softwares maliciosos.
La obstaculización de la productividad es, sin embargo, el impacto más directo, según un estudio publicado en The Journal of Psychosocial Research on Cyberspace. Ello porque las interrupciones frecuentes redundan en horas de pendientes pospuestos, a la vez que nos hace ver menos comprometidos ante nuestros superiores.
El costo de desconectarse
No en vano Matthew McCarter, profesor asociado de la Universidad de Texas, comentó a Science Daily que la ciberholgazanería es una de las mayores preocupaciones de los gerentes de línea debido a las pérdidas financieras que causa cada año.
“Si no tenemos claro a dónde queremos ir y qué queremos hacer, usar Internet puede perjudicar nuestra productividad: nos desenfocaría del todo”, dice Dibos.
Estimó así que un trabajador dedica en promedio el 14% de su tiempo en oficina a ciberholgazanear y que cada que interrumpe sus actividades laborales, especialmente de manera prolongada, le toma unos 23 minutos reconectarse.
Trasfondo de la conducta
Para la coach Evelyn Cotter, los colaboradores que tienden constantemente a la ciberpereza no se sienten satisfechos o motivados en sus puestos de trabajo, o carecen de propósito.
“Si caemos en este ciclo, cabe preguntarnos los motivos. ¿No nos agrada nuestra posición?, ¿nos sentimos abrumados?, ¿no le encontramos sentido a nuestras funciones?, ¿o estamos intentando llenar un agujero emocional más profundo?”.
Según argumentó a la revista Stylist, si el trasfondo del asunto tiene relación con el trabajo, quizá valga la pena evaluar si es hora de un cambio, o buscar tareas más emocionantes.
Una alternativa para evitar caer en la ciberholgazanería consiste en tomar descansos regulares.
Búsqueda del punto medio
No obstante, según la cadena británica, navegar en Internet puede tener un impacto positivo en las emociones como una vía de liberación de estrés. Incluso puede aumentar la productividad solo si se toma como un breve descanso para recuperar la concentración.
Para Camila Dibos, senior consultant de Recursos Humanos en Michael Page, la ciberholgazanería es una herramienta que debe usarse de manera consciente.
“Es importante saber priorizar cuándo se puede utilizar y dedicarle algunos minutos, de lo contrario puede ir en contra de nuestros objetivos y funcionar de manera contraproducente”, señaló.
EN CORTO
Descansos breves. Cada 40 minutos puede establecer pequeñas pausas ya sea para tomar un café o hacer estiramientos. Según especialistas, no podemos “mantenernos concentrados durante horas”.