(Bloomberg).- En el caso de Fabienne Vicari, el Brexit ha hecho que la perspectiva de enviar a su hijo a una universidad británica sea más remota.
Al igual que miles de padres de la Unión Europea, esta madre italiano-francesa de tres hijos que vive en Roma se enfrenta a una posible consecuencia de la votación del Reino Unido para salir del bloque de 28 países: el aumento a más del doble de los aranceles universitarios británicos.
Después de décadas en las cuales los ciudadanos de la UE que estudiaban en universidades del Reino Unido pagaban el mismo monto que sus pares británicos, la votación por el Brexit podría ponerlos en la misma categoría que los estudiantes internacionales, cuya matrícula anual puede llegar a más de 35,000 libras (US$ 46,000).
“Si uno ingresa a Cambridge u Oxford, puede ser una inversión, de lo contrario ya no vale la pena”, dijo Vicari, cuyo hijo mayor, Michele, tendrá que elegir universidad el año que viene para inscribirse en el otoño boreal de 2017. “Uno quiere que tengan educación internacional –pasé un año estudiando en el Reino Unido cuando era joven- pero también hay que usar el sentido común”.
Conforme lentamente se va tomando conciencia de la decisión del Reino Unido de salir de la UE, los ciudadanos del resto del bloque analizan el costo de la separación. Si bien el libre tránsito de los ciudadanos de la UE, el comercio, las transacciones financieras y las disputas políticas han acaparado más titulares de diarios, en algunos hogares de París, Roma, Berlín o Ámsterdam surgen preguntas sobre el impacto de la posible salida en cuestiones como la educación superior.
‘Gran preocupación’
En las universidades británicas, hay unos 125,000 estudiantes de la UE, que pagan aranceles iguales a los de los locales y están en condiciones de recibir préstamos estudiantiles, de acuerdo con los datos del Consejo de Asuntos de los Estudiantes Internacionales del Reino Unido. Si bien los estudiantes de la UE actualmente inscriptos recibieron garantías de la mayor parte de las universidades de que seguirán pagando los mismos aranceles de alrededor de 9,000 libras durante el año académico que comienza en septiembre, no hay seguridad de que eso continúe.
“Hay gran preocupación, en especial respecto a que aumenten los aranceles”, dijo Agustín Ferrari, de 19 años, residente de Madrid que tiene la nacionalidad alemana, suiza y argentina y estudia política y antropología en la Universidad de Cambridge. “Aun cuando no necesariamente afecte a aquellos que estamos aquí ahora, a la gente le preocupa cómo podría hacerlo en el futuro en lo que se refiere a su posibilidad de proseguir los estudios o permanecer en el Reino Unido para trabajar”.
Los futuros postulantes podrían tener que pagar aranceles de alrededor de 23,000 libras o de más de 35,000 libras por los títulos de medicina o basados en el trabajo de laboratorio. Podrían ya no tener acceso a los préstamos estudiantiles que, para algunos, significan que su matrícula está cubierta y se devolverá una vez que consigan empleo –trabajo que a menudo es en el Reino Unido-, donde, como estudiantes de la UE, no necesitaban visa.
“Los jóvenes europeos podrían perder la oportunidad de conocer a nuestro vecino insular algo difícil, y eso no augura nada bueno para el futuro”, declaró Lise Briante, profesora secundaria francesa de inglés que pasó un año en el Reino Unido cuando era estudiante, en una entrevista desde su casa en París.