Después de haberse casado y tener dos hijos, Alberto Valero y Elena Abdetalif decidieron lanzar su propia empresa, Vooglers, dedicada a la venta de gafas de sol. Tras constituir la sociedad y diseñar sus primeros productos, ahora luchan para que la marca se haga un hueco en el mercado.
Al igual que en este caso, son muchos los esposos o novios que apuestan por crear conjuntamente su propia pyme. Pero para lanzar una empresa junto a la pareja sentimental y sobrevivir posteriormente a la gestión del día hay una serie de consideraciones particulares que conviene tener en cuenta:
Perfiles complementarios
Antes de lanzar el negocio hay que vigilar que los perfiles profesionales de las dos personas encajen adecuadamente. “No vale que ambos sean muy buenos en lo mismo, sino que las capacidades de una persona complementen las de la otra”, destaca Manuel Bermejo, profesor de gestión empresarial en el IE.
Además, al igual que sucede cuando se lanza un negocio junto a cualquier otra persona, hay que asegurarse de que ambos tienen los mismos intereses y persiguen los mismos objetivos -ganar dinero, crecer rápidamente o tener una actividad complementaria, por ejemplo- con la empresa.
Firmar un pacto de socios
Por mucha confianza que exista entre la pareja, lo mejor es que planteen su relación empresarial en términos estrictamente profesionales. Para ello, tendrán que firmar un pacto de socios en el que se establezca el porcentaje accionarial de la compañía que tiene cada uno y se aclare qué sucedería con la firma en caso de separación. Lo más recomendable es que en el acuerdo también se incluya el reparto de las diferentes responsabilidades.
Conviene que cada uno, en función de sus gustos y capacidades, tenga su propio ámbito independiente de actuación. Además, habrá que determinar si las decisiones más importantes se adoptarán de forma conjunta o uno de los dos tendrá la última palabra.
Riesgos
“Al lanzar una empresa de forma conjunta se corre un riesgo especial, porque si sale mal, perjudica a ambos”, recuerda Bermejo. Por ello, inicialmente se puede hacer que sólo uno de los dos se dedique exclusivamente a lanzar el negocio mientras que el otro lo simultanea con su empleo habitual. Además, dirigir la compañía en pareja probablemente aumente las probabilidades de divorcio si no se aprenden a gestionar los conflictos que inevitablemente surgirán.
Conflictos
Mantener un diálogo constante y sincero es el principal remedio para prevenir los desacuerdos. En caso de que exista un conflicto importante, lo mejor es recurrir a otra persona que pueda mediar y analizar la situación con más objetividad. Además, hay que hacer un esfuerzo muy grande para que los problemas en el ámbito profesional no perjudiquen a la relación profesional. Y hay que ser consciente de que, a cambio, las alegrías se viven de manera especial.
Conciliación
Una de las principales ventajas que obtienen las parejas es que consiguen mayor flexibilidad para compaginar su vida profesional con la personal. Aunque es habitual que tengan que dedicarle muchas horas a la empresa, establecen sus propios horarios y tienen más margen para pasar tiempo juntos, ir a recoger a los hijos o marcharse una semana de vacaciones. Pero un inconveniente habitual es que les resulta complicado desconectar del trabajo, ya que la marcha del negocio puede monopolizar las conversaciones de la pareja.
Para ello, lo más recomendable es intentar separar el espacio de la oficina y el del hogar. La relación tiene que verse enriquecida por la empresa, pero no depender exclusivamente de ella.
Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)