Los datos, publicados por la Oficina Nacional de Estadística, causaron una fuerte polémica ya que muestran un gran aumento en el número de personas afectadas por contratos que no garantiza un salario mínimo ni un número de horas trabajadas al mes.
En el último trimestre de 2014, el número de trabajadores bajo esta modalidad era de 697,000, unas 110,000 personas más que en el mismo periodo del año anterior. De octubre a diciembre de 2014, el número de contratos de “cero horas” ha aumentado de 1.4 a 1.8 millones.
Los sindicatos consideran que estos contratos afectan principalmente a mujeres, jóvenes e inmigrantes, que cobran unas 300 libras (408 euros) menos a la semana que si trabajaran con un contrato convencional. Como promedio, trabajan 25 horas a la semana. Un tercio de estos trabajadores quiere trabajar más horas.
Los “cero horas” nacieron con la idea de aportar flexibilidad a un mercado laboral rígido para permitir que estudiantes y personas que quisieran trabajar a tiempo parcial tuvieran más opciones de encontrar un empleo. Sin embargo, los datos muestran que se está abusando de esta modalidad. Vince Cable, ministro de Industria, ha asegurado hoy que, ante los excesos que están cometiendo, llevará al Parlamento una ley para prohibir las cláusulas de exclusividad en estos contratos, que impiden que los trabajadores trabajen más horas.
Según los datos publicados, el 34% de los contratos de cero horas se destinan a jóvenes de entre 16 y 24 años. Pero suponen ya un 21% en el segmento de entre 35-49 años: y otro 21% entre los trabajadores de 50 a 64 años.
Hace algo más de un año, McDonalds afirmó que el 90% de sus empleados en Reino Unido están supeditados a contratos de cero horas. Esta modalidad exige estar disponible 24 horas al día, lo que impide a los empleados tener otro trabajo. Si rechazan acudir cuando les llama una empresa, en general no vuelven a ser contactados.
En España no existe una modalidad equivalente al contrato de cero horas.