Nicosia (Reuters).- Los ministros de la zona euro instaron a Chipre a permitir que los pequeños ahorristas no se vean afectados por un impuesto a los depósitos bancarios, horas antes de la votación parlamentaria del martes que o bien garantizará el rescate financiero de la isla o podría llevarla a la bancarrota.
El anuncio del fin de semana, de que Chipre establecería un impuesto a las cuentas bancarias como parte de un rescate de 10,000 millones de euros (13,000 millones de dólares), rompió las prácticas anteriores en las que los ahorros de los depositantes eran sacrosantos.
La medida, que provocó un desplome del euro y de los mercados bursátiles, generó temores de que la pequeña economía chipriota pueda revivir la crisis financiera en la zona euro de 17 naciones, mientras que los chipriotas protestaban a las puertas del Parlamento.
Antes de la votación en el Parlamento, los ministros de la zona euro llevaron adelante una teleconferencia y dijeron que se debería proteger a los depositantes con menos de 100,000 euros en sus cuentas, dijeron funcionarios.
Bajo el acuerdo alcanzado el sábado en Bruselas, los depósitos por debajo de ese nivel habrían sufrido un impuesto del 6.7%, contra un 9.9% para aquellos cuyos depósitos superan ese umbral.
Los ministros de Finanzas dijeron que prefieren una tasa del 15.6% para los ahorristas ricos y que se deje de lado a quienes menos tienen.
No estaba claro si Nicosia aceptaría ese marco, pero si lo hace mantendría la meta de 5,800 millones de euros del impuesto bancario como estaba planeado, dijo una fuente del Ministerio de Finanzas griego.
“Todos los ministros dijeron que les gustaría que no haya impuestos por debajo de los 100,000 euros, pero no se puede forzar a un país a tomar una decisión”, sostuvo la fuente.
“Chipre no quiere imponer impuestos altos por encima de los 100,000 euros porque el dinero saldría del país. Dos tercios de los depósitos son del extranjero”, agregó en charla con Reuters.
La decisión de apuntar a las cuentas bancarias sorprendió a los chipriotas, y la policía protegió el edificio del Parlamento mientras unas 400 personas protestaban en la puerta del lugar.