Uno de los desafíos del actual gobierno es que en menos de cinco años la utilización de la factura electrónica por las empresas sea masiva.
Y es que, actualmente su utilización es obligatoria desde septiembre de 2014 para un total de 5,976 empresas repartidas entre grandes, medianas y pequeñas empresas.
“La factura electrónica está experimentando un crecimiento positivo en Perú, somos conscientes que la Sunat valora positivamente seguir en esta línea. Perú parte con la ventaja de ejemplos cercanos como México, donde empezaron el proceso en el 2004 y desde 2014 lo han ampliado a otros comprobantes como nóminas, contabilidad electrónica, etc”, señala Carlos Velamazán, director de la Unidad de negocio de América de Seres.
En tal sentido, refiere que las empresas en Perú se ven “aceleradas” a tomar una decisión que no es trivial ya que entienden que los beneficios obtenidos superan satisfactoriamente el esfuerzo realizado para la implementación.
“Sin embargo, el proceso del cambio no es sencillo. En México se fomentó la aparición de los PAC, proveedores de factura electrónica, como elemento de ayuda a las empresas para no sólo sumarse al cambio a tiempo sino para mantenerse en los cambios que inevitablemente vendrán”, sostiene.
Bajo esa premisa, Seres se ha puesto un énfasis en la utilización de la factura electrónica como mecanismo para evitar el fraude fiscal. “Creemos que lo importante es que va a ser un factor clave para mejorar la productividad y competitividad de las empresas del país”, puntualiza.