(AFP) El candidato republicano Donald Trump anunció que si gana las presidenciales de noviembre recortará impuestos, eliminará reglamentaciones onerosas y liberará el sector energético para “forzar” el arranque de la economía estadounidense.
El desparpajado multimillonario presentó su propuesta en la económicamente decadente ciudad de Detroit (Michigan, norte), buscando reorientar su campaña y ganar apoyos cuando las encuestas lo muestran detrás de la demócrata Hillary Clinton.
“Estamos compitiendo con el mundo y quiero que gane Estados Unidos”, dijo en el Economic Club de Detroit al tiempo que machacó contra las “desastrosas” políticas que, según dijo, devoraron puestos de trabajo durante los ocho años del mandato del presidente Barack Obama.
“Quiero forzar el arranque de Estados Unidos. Puede hacerse y no será tan difícil”, manifestó bajo aplausos.
Trump esbozó una serie de políticas que, sostuvo, animarán la parsimoniosa marcha de la economía estadounidense.
Mencionó una drástica reducción a 15% del impuesto a las empresas que actualmente es de 35%; una medida que ya había sugerido en setiembre para detener la tendencia de grandes corporaciones a trasladar sus casas matrices a países en donde pagan menos impuestos.
También dijo que impondría un impuesto de 10% a los miles de millones de dólares “que las empresas estadounidenses tienen estacionados en el exterior”. Ese impuesto las estimulará a que repatrien ese dinero, dijo.
Los impuestos a las rentas personales también serán reducidos, dijo Trump, y la cantidad de franjas de gravámenes pasará de siete a solo tres. La tasa más alta de impuesto a la renta sería de 33% contra el 39.6% actual.
Trump prometió “cortar masivamente las regulaciones” y especialmente quitarle el “ancla” que lastra a las pequeñas empresas. Esa es una medida que los republicanos han tratado de conseguir durante la era Obama.
Esa moratoria, ayudaría al magnate de bienes raíces a ganar el apoyo de los pequeños empresarios que insisten con que Obama les ha impuesto muchas normas que les restan competitividad.
El programa económico de Trump incluye otras propuestas largamente reclamadas desde el campo conservador, como la supresión del impuesto a las herencias. Ese gravamen actualmente se aplica a toda herencia de más de US$ 5.45 millones.
“Los trabajadores estadounidenses pagan impuestos toda la vida: No deberían ser gravados nuevamente en la muerte. Eso, simplemente, está mal”, dijo.
Otra propuesta popular es permitir deducir de los impuestos todos los gastos por cuidado de los niños.
Trump, escoltado siempre por varios guardaespaldas, fue interrumpido por manifestantes en su contra más de una docena de veces.
Audacia
“Detroit es el ejemplo vivo del fracaso de la política económica de mi adversaria”, dijo en esa ciudad sede de las grandes fábricas de autos pero que ha perdido a gran parte de su población desde su época de oro.
Clinton “es la candidata del pasado. Nosotros somos el futuro”, dijo de quien es considerada como la heredera de la era Obama.
Magnate y populista, Trump renovó su rechazo a los tratados de libre comercio (TLC).
“Hillary Clinton ha apoyado los acuerdos comerciales que hicieron perder a esta ciudad y a este país, sus empleos y sus riquezas”, afirmó en alusión al TLC firmado en 1993 con Canadá y México (NAFTA) por el entonces presidente Bill Clinton.
Mientras varias encuestas lo ponen bastante lejos de Clinton en la preferencia del electorado, Trump la calificó de “la candidata del ayer”.
La aspirante demócrata de 68 años aprovechó un mitin este lunes en St. Petersburg, Florida, para atacar el plan económico de Trump y acusarlo de favorecer sólo a los más ricos y poderosos.
“Su plan impositivo ofrecerá enormes recortes de impuestos a las grandes corporaciones y a los más ricos”, dijo Clinton.
“Yo no voy a aumentar los impuestos de la clase media, pero con vuestra ayuda voy a aumentar los impuestos a la riqueza, ¡porque allí es donde está el dinero!”.
Clinton citó un estudio de Mark Zandi, un ex asesor económico del senador republicano John McCain, que indica que los planes de Trump harían perder 3.4 millones de empleos y conducirían a la recesión.
“Economistas de izquierda, de derecha y del centro, todos dicen lo mismo: las políticas de Trump nos llevarían a la recesión”, aseguró la candidata.
El desempleo en Estados Unidos es actualmente de 4.9%; lo cual está muy por debajo del 10% de octubre del 2009 tras la gran recesión, según datos oficiales.
Trump empero insiste con que la economía está casi estancada y ha dicho una y otra vez que darle el timón a Clinton sería exacerbar el problema.
“No podemos arreglar un sistema atascado confiando en quienes lo atascaron”, manifestó.
“Una administración de Trump terminará esta guerra con el trabajador estadounidense”, afirmó y sostuvo que las normas “anti-energía” de Obama destruyeron millones de empleos.