Bloomberg.- Puede que los amantes estadounidenses de los bocadillos encuentren que las duras políticas comerciales del presidente Donald Trump se están extralimitando un poco cerca de casa en momentos en que Estados Unidos amplía su revisión del acero chino y la madera canadiense a las aceitunas españolas.
El Departamento de Comercio está investigando si España está realizando dumping a sus aceitunas en el mercado estadounidense, específicamente a las olivas negras suaves y ligeramente más secas que se utilizan en sándwiches, ensaladas y pizzas.
La medida ha provocado la intervención de la Comisión Europea en apoyo a sus productores y ha generado críticas del principal organismo de lobby agrícola del continente.
La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, que está investigando la demanda junto con el Departamento de Comercio, votó unánimemente el viernes para continuar con la investigación. La investigación puede resultar en tarifas punitivas a finales de este año que podrían poner fin a las importaciones de aceitunas españolas.
La investigación es la más reciente en una creciente lista de productos a los que está apuntando EE.UU., la que abarca desde acero y aluminio hasta productos lácteos, madera y maíz.
En comparación, el mercado de aceitunas de mesa es pequeño. Sin embargo, para España -el mayor productor mundial- Estados Unidos representa un mercado crucial como su mayor consumidor con un 24 por ciento de las exportaciones de aceitunas del país.
Mientras los productores europeos sostienen que se les está apuntando injustamente, los agricultores estadounidenses ven a España como una amenaza existencial a una industria que es tan vieja como California, estado en que se cultiva casi la totalidad de las aceitunas estadounidenses.
“Mis tres hijos cultivan aceitunas y a mi nieto mayor también le interesa”, dijo Dennis Burreson, de 69 años, quien cultiva 40,000 olivos cerca de Chico, California. “Ese es como el sueño, pero se está llegando al punto donde uno no sabes si el sueño será real”.
El Departamento de Comercio dijo el mes pasado que estaba revisando si las importaciones españolas de las llamadas aceitunas maduras se están ingresando al mercado estadounidense a menos del valor justo.
Estados Unidos “actuará con prontitud para detener cualquier práctica comercial desleal”, dijo el secretario de Comercio, Wilbur Ross, en un comunicado publicado en ese momento.
Si bien el mercado de las aceitunas es mucho menor que el de la madera o el acero, EE.UU. depende en gran medida de las importaciones. El país compró 167,000 toneladas métricas de aceitunas extranjeras el año pasado, casi la mitad de las cuales provinieron de España. Estados Unidos también importa olivas de países como Grecia, México y Marruecos.
La investigación se inició luego de una denuncia presentada en junio por la Coalición de Comercio Justo de Aceitunas Maduras en nombre de sus dos integrantes, Bell-Carter Foods y Musco Family Olive.
Argumentan que un descenso de décadas en la industria se ha visto acelerado por subsidios europeos que permiten que las aceitunas españolas se queden con una mayor proporción de la participación del mercado minorista local.
En EE.UU. quedan menos de 900 productores de aceitunas y muchos de los que quedan están reduciendo la producción. Burreson, que con 400 acres de plantaciones de olivos es uno de los mayores productores, eliminó hace ocho meses 40 acres plantadas con aceitunas.
Eso significa menos oferta para procesar, dijo Tim Carter, máximo ejecutivo de Bell-Carter Foods, una de las dos procesadoras que aún siguen en el negocio frente a las más de 20 que había hace medio siglo.
“Esto se ha convertido en una cuestión de supervivencia”, dijo en una entrevista.
Para España, EE.UU. es un mercado crucial y las posibles restricciones podrían costar a la industria local 350 millones de euros (US$414 millones) en un lapso de cinco años, según la asociación de exportadores Asemesa.
Los productores estadounidenses están utilizando la denuncia para tratar de eliminar la competencia que plantean las exportaciones de operadores españoles, lo que perjudicaría a los consumidores de Estados Unidos, dijo el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora.
La denuncia va más allá de las aceitunas, ya que “pone en duda los pilares básicos de la política agrícola común” de la UE, dijo.
La Comisión Europea ha seguido el caso desde que se hizo la denuncia y está prestando asesoría legal a los productores españoles, dijo un portavoz en respuesta a consultas.
“La Comisión Europea interviene para defender el derecho que tienen los productores españoles a exportar a EE.UU. en línea con las normas de la Organización Mundial del Comercio”, dijo.
La investigación estadounidense podría sentar un precedente para otros sectores y socios comerciales de la UE, advirtió el lobby agrícola del bloque comercial de 28 miembros.
“Copa y Cogeca consideran inaceptable que el principal mercado de exportación agroalimentaria de la UE-Estados Unidos, pueda imponer medidas proteccionistas contra nuestros productos sin justificación”, dijo en un comunicado el secretario general del grupo, Pekka Pesonen.