Nancy Portugal Prado
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Son ejecutivas y son mamás, una versión de carne y hueso de “La mujer maravilla”. Sin duda, llega una etapa en la vida de las profesionales en la que las ansias por convertirse en madres aparecen. El problema es que, cuando se cumple un horario de 9 a.m. a 6 p.m. y se cambian pañales, la dulce espera puede implicar decisiones inapelables, como dejar de trabajar.
Le pasó a PricewaterhouseCoopers (PwC). La compañía notó que cerca de 49% de sus trabajadoras abandonaban su puesto después de 14 meses de haberse convertido en madres. Todo hacía pensar que en PwC era imposible conciliar una familia y una carrera exitosa.
Para Hernán Aparicio, socio de la compañía, hay una respuesta. Se trata de la naturaleza del negocio de PwC.
Los días en esta compañía son intensos y el tiempo del ejecutivo se ajusta al cliente.
Al principio, según Aparicio, no hay problema. La compañía contrata talento muy joven, desde los 21 años. Según Aparicio, la disyuntiva surge cuando se piensa en formar una familia.
“La premisa para ellas es: no voy a poder balancear mi tiempo para estas dos actividades y termina pesando más la maternidad”, revela.
Una súper mujer
Las cartas estaban echadas. Si PwC quería un staff diverso y que sus cargos altos no solo estén ocupados por hombres, tenía que actuar.
Fue así como nació “Súper Mujer”, un programa dirigido a desarrollar el talento femenino a largo plazo y apoyar a las ejecutivas mamás durante los primeros años.
Las afiliadas al programa pueden gozar de beneficios, como horarios más reducidos, sin un recorte de sueldo drástico. En algunos puestos, también se puede optar por trabajar desde casa.
Los largos días de hacer informes y alistar biberones pueden causar estrés. Por ello, PwC contrató un coach que aconseja a las madres ejecutivas sobre cómo sobrellevar ambas actividades .
“El coach maneja frustraciones como tener que elegir entre acompañar a tu hijo a una actuación del colegio y una reunión con el cliente más importante de tu cartera”, revela.
Los problemas de una madre también giran en torno a la administración del hogar. Una tubería malograda, un documento sin tramitar o un imprevisto que impidió que se pueda recoger a los hijos del colegio, pueden generar tempestades emocionales.
Para evitarlo, PwC contrató un servicio que soluciona gratis esta clase de dificultad.
LAS CLAVES
Edad. La antigüedad promedio de las madres que renuncian es entre 5 y 7 años y se trata de ejecutivas senior y supervisoras.
Lactancia. Hoy PwC otorga a las madres una hora adicional de lactancia.
Recorte. Mientras el horario de las madres se puede recortar hasta en un 50%, el salario solo disminuye en 35%.
Desempeño. Un 53% de las ejecutivas de PwC califican como “high performers”.