Solo el 3.6% de las exportaciones peruanas contiene una tecnología mediana y alta, mientras que en Chile este porcentaje asciende a 5.3%, en Colombia a 10.3% y en México a 66.1%, afirmó la Asociación de Exportadores (ADEX).
Cambiar la matriz productiva nacional, incorporando mayor contenido tecnológico, no puede ser un proceso espontáneo para un país en el que el Gobierno y las empresas no tienen muy arraigada la práctica de la inversión en investigación y desarrollo, y en la que la academia no se distingue por tener una actividad investigadora destacable, dijo el presidente de ADEX, Eduardo Amorrortu.
“La situación se hace más difícil aún si se considera el entorno de alta informalidad en el que evolucionan los negocios. La baja protección efectiva de la propiedad intelectual hace muy poco atractiva invertir en investigación y desarrollo”, anotó.
La innovación y la tecnología juegan un papel primordial como motores del crecimiento de la productividad. Actualmente, este tema representa uno de los desafíos más importantes para el desarrollo del país, afirmó.
Indicó que el gobierno también lo entiende así, por lo que ha implementado un incentivo tributario motivador a la innovación que constituirá en una de las piezas de la política de fortalecimiento de la competitividad peruana.
“El Perú está sufriendo una contracción en sus exportaciones debido a que tiene una canasta de productos predominantemente primarios; por ello, lo que se necesita es incorporar más tecnología en su oferta”, declaró Amorrortu.
Comentó que en los países que han logrado dar un impulso importante a la innovación destacan factores como esfuerzo de investigación, disponibilidad de ingenieros y científicos, y una coordinación estrecha entre el Gobierno, la academia y la empresa.
Recordó que en el 2012 el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) realizó la Encuesta Nacional de Innovación enfocada a empresas manufactureras y entre sus principales resultados se mostró que recién al cuarto año de creación, las empresas realizan alguna actividad de innovación, que puede ser compra de maquinaria y equipo y actividades de Investigación y Desarrollo (I+D).
Se evidenció que solo el 3.4% de las empresas invierten en I+D, cifras que revelan la dimensión de la tarea que se tiene de por medio, recalcó.
“Si analizamos al sector exportador, solo el 8.7% de las empresas encuestadas innova. Es un porcentaje mayor que el promedio porque el mercado internacional se lo pide, pero sigue siendo insuficiente de cara a las oportunidades que nos brindan 18 acuerdos comerciales que tenemos en vigencia”, expresó.
Por tanto, consideró vital contar con un incentivo suficientemente potente para impulsar la innovación porque la exportación de un país es el reflejo de su competitividad.
En ese sentido, consideró positivo que el Gobierno promueva e incentive la inversión en innovación para que las empresas realicen investigaciones científicas, más desarrollo en I+D, ya que se generarían más productos con valor agregado empleando nuevas opciones tecnológicas.
“En política económica, es importante que los incentivos vayan de la mano con las iniciativas. Será determinante la forma en que se comportan las empresas que van a utilizar este incentivo, las instituciones académicas que apoyen la implementación de las innovaciones y las instituciones públicas que lo administren”, opinó.