(Bloomberg).- Cansada de turistas que rara vez se aventuran fuera de sus complejos, y que dejan las billeteras en las cajas de seguridad de los hoteles, Aruba está tratando de limitar los paquetes de vacaciones “todo incluido”.
La isla holandesa en el Caribe, situada a 32 kilómetros al norte de Venezuela, se ha convertido en uno de los primeros lugares en el mundo que restringen la oferta de estos paquetes que combinan alojamiento, comida, bebidas y entretenimiento por un único precio.
Las normas que entraron en vigor en agosto circunscriben estos servicios a un 40% de los cuartos de hotel de la isla. Hoy en día suponen alrededor de un tercio de las 5,500 habitaciones en el país.
Popularizada por cadenas como Sandals y Club Med, los paquetes con todo incluido son de los segmentos de crecimiento más rápido en la industria hotelera que mueve US$ 550 millones y revolucionaron el turismo en países en desarrollo desde Jamaica hasta Tailandia.
Los turistas optan por ese tipo de vacaciones porque se adaptan a sus presupuestos y al ritmo de las familias renuentes a alejarse más allá del bar de la playa.
Ahora, Aruba quiere que exploren fuera de los complejos. “Nos estamos alejando de la tendencia. Es muy importante para nosotros que el turismo no se convierta en un concepto negativo en la vida de la gente de Aruba”, señaló el ministro de turismo del país, Otmar Oduber.
Expansión de la riqueza
“La modalidad ‘todo incluido’, particularmente en el Caribe, impide que crezcan otras formas de turismo porque nadie abandona los complejos”, dijo Mark Watson, director ejecutivo de Tourism Concern, una organización benéfica con sede en Reino Unido que promueve el turismo ético.
Los hoteles con todo incluido en Aruba incluyen a Divi Resorts y las cadenas españolas Riu Hotels SA y Occidental Hotels, quienes ante el pedido de comentarios remitieron a la Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe, una organización con sede en Florida que representa a los propietarios hoteleros.
Su negocio es una parte importante de la industria del turismo que significa 85% de la economía de US$ 2,600 millones, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que dijo que Aruba es el tercer país del mundo que más depende del turismo.
El sector proporciona una tercera parte de todos los empleos en la isla que cuenta con 100,000 habitantes, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo con sede en el Reino Unido.
Quienes se hospedaron en hoteles con todo incluido gastaron 21% menos en promedio que otros turistas el año pasado, estima el Ministerio de Turismo.
Asumir riesgos
Las nuevas regulaciones en Aruba pueden ayudar a las empresas locales, pero también plantean riesgos, indicó la analista de Bloomberg Intelligence Margaret Huang.
“Con un mercado competitivo cada vez mayor en algunas partes de México y las amenazas de la industria de los cruceros, esencialmente una experiencia ‘todo incluido’, Aruba podría perder su atractivo como destino turístico competitivo”, agregó Huang.
La Asociación de Hoteles y Turismo del Caribe dijo que recomendaba a Aruba adoptar otros abordajes para que los turistas gasten su dinero fuera de los centros turísticos.
“Varios desarrolladores del concepto ‘todo incluido’, que estaban considerando invertir en Aruba, nos indicaron que las restricciones los obligan a reconsiderar sus inversiones”, comentó la portavoz Adriana Serna.