En abril de este año solo dos de nueve zonas evaluadas en Lima Metropolitana registraron bajos niveles de contaminación ambiental del aire, los mismos que están cercanos al límite permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
“De acuerdo a cifras del INEI, el Centro de Lima – Jesús María (Campo de Marte) y Lima Sur 1 (San Borja) presentan un valor promedio de partículas cercano a los 10 microgramos por metro cúbico en el aire (10µg/m3) de media anual que establece la OMS, al registrar niveles de 11.3 y 14.6 en cada uno de los casos”, manifestó César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP-CCL.
Los límites de las directrices de la OMS señalan 10µg/m3 y 25µg/m3 de media anual y de media en 24 horas, respectivamente. Contrariamente Ate, Puente Piedra y Santa Anita son los lugares que no cumplen los estándares de calidad ambiental en el aire cuyos niveles de contaminación alcanzan a 42.3, 32.6 y 30.3, respectivamente, casi en promedio tres veces más al permitido.
“Incluso en 7 de las 9 zonas evaluadas la calidad del aire empeoró entre enero del 2015 y abril del 2017”, precisó el economista.
Cabe mencionar que para medir la calidad del aire se emplea el indicador PM2.5, que evalúa la concentración de partículas menor a 2.5 micras (PM2.5) conformado por partículas sólidas o líquidas en el aire generadas por fuentes de combustión, principalmente del parque automotor.
“Estas partículas al tener un tamaño microscópico pueden ser 100% respirables, por consiguiente afecta la salud y calidad de vida de las personas”, indicó Peñaranda.
Contaminación sonora
Por otro lado, la contaminación sonora también es otro grave problema que aqueja a las personas. Según el IEDEP se ha detectado que solo 7 de 49 distritos de Lima cumplen con los estándares de calidad ambiental sonora.
De acuerdo al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) la contaminación sonora es la presencia de altos niveles de ruido en el ambiente, que provienen principalmente del transporte vehicular.
“El límite máximo permitido por la OMS es de 55 decibelios (dB) y define como ruido a cualquier sonido superior a 65 dB”, anotó César Peñaranda.