El presidente de la Fed de Filadelfia, Charles Plosser, discrepó de la vicepresidente de la Fed, Janet Yellen, que está preparándose para asumir la conducción del banco central estadounidense el próximo mes.
Yellen es partidaria de la agresiva política de estímulo económico de la Fed, mientras que Plosser, que este año recuperará su turno de voto en política monetaria, está dentro de la minoría que se opone a medidas como la compra de bonos a gran escala para bajar las tasas de interés.
“Medidas que arbitrariamente, o en base a supuestos, atribuyen la mayor parte de la variación del PIB a factores puramente temporales ofrecen una pobre guía en política cuando las conmociones son de naturaleza más permanente”, dijo en comentarios preparados para una presentación a la Asociación Económica Coreana-Estadounidense.
Para apoyar la recuperación de la recesión, el banco central ha mantenido las tasas cerca de cero desde fines de 2008. Además ha cuadruplicado su balance a cerca de US$ 4 billones con tres rondas de compras de bonos para mantener bajo el costo de los créditos de largo plazo.
Si bien el Producto Interno Bruto creció más de un 4% en el tercer trimestre, en general ha avanzado cerca del 2% desde que la recesión terminó a fines de 2009, lo que ha llevado a algunos economistas a plantear que el crecimiento potencial ya no es el 3% al que estaban acostumbrados los estadounidenses.
Si fuera así, la política ultra expansiva de la Fed estaría mal orientada.
“La conmoción que sufrió la economía parece haber tenido un efecto muy persistente, sino permanente”, dijo Plosser. “Desde una perspectiva estadística, la economía parece hacer recibido un golpe permanente en su nivel de producción”, agregó.