La reciente aprobación del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) debe marcar un “punto de inflexión para la situación social y económica” de ese país, según un informe de Scotiabank sobre el impacto del conflicto que sacudió Colombia por más de 30 años.
De acuerdo al informe titulado “Manual del conflicto en Colombia”, los parámetros de medición de la violencia en el país cafetero, como el número de víctimas, secuestros y conflictos armados, han mostrado mejoras significativas durante más de una década.
Sin embargo, Scotiabank estima que el proceso de paz “aún tiene un turbulento camino por delante, lleno de debates espinosos en el congreso y de barreras judiciales por parte de la oposición”.
“Suponiendo que el gobierno logre impulsar el acuerdo y se alcancen algunos de sus efectos deseados, pero otros no (en base a nuestro análisis de procesos anteriores), llegamos a la conclusión que la sombra de la izquierda en el Congreso aumentará, pero apenas lo suficiente para ser una preocupación”, dijo el equipo de analistas del banco.
Desde una perspectiva sectorial, los efectos a corto plazo de la reducción de la violencia ya han llegado hasta las ganancias de las industrias afectadas por el conflicto. Esto es particularmente cierto para los sectores de petróleo y gas y de servicios públicos.
Sin embargo, el efecto en otras variables, como un cambio en las tendencias migratorias (impulsado por 6 millones de personas desplazadas), una mayor confianza de los consumidores y la percepción de mayor seguridad, podrían impulsar el renacimiento de industrias inactivas como el turismo y la agricultura, y atraer inversión extranjera directa adicional, que puede haber sido postergada, proyectó Scotiabank.
La repercusión de estos efectos es aún una posibilidad y podría beneficiar a los sectores retail, de alimentos y bebidas, financieros y de cemento y construcción a mediano y largo plazo, concluyó.