Las proyecciones de crecimiento del Marco Macroeconómico Multianual 2016-2018 Revisado (MMM) publicado hoy están mucho más alineadas a las expectativas del mercado; y las proyecciones de los balances macroeconómicos en el MMM muestran una situación más negativa que el consenso de mercado, señaló el Scotiabank.
“En ambos casos, se está dando señales importantes, que pueden influir en que las propias expectativas del mercado se ajusten”, afirmó el jefe del Departamento de Estudios Económicos del banco, Guillermo Arbe.
Explicó que lo primero que llama la atención del MMM es que las proyecciones de crecimiento y de balances macroeconómicos son marcadamente diferentes al MMM anterior de abril del 2015, y a lo que venía sosteniendo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) públicamente.
En concreto: – El MEF ha reducido significativamente sus expectativas de crecimiento. – Estas proyecciones de crecimiento se han acercado mucho al consenso del mercado. – Lo que más ha reducido es su proyección de inversión privada. – Las nuevas proyecciones del déficit fiscal 2015 y 2016 superan significativamente lo que viene esperando el mercado. – El déficit fiscal proyectado supera la regla fiscal en tal magnitud, que el MEF ha tenido que dar una medida especial que lo permita.
Era de esperar que el MMM ajuste sus estimados a las tendencias y realidad actual. Sin embargo, sorprende un poco la magnitud, por lo que significa.
Comentó que un primer aspecto notable es que en el MMM se ha privilegiado ser realistas en las proyecciones. La visión del MEF influye sobre las expectativas, lo cual ha llevado al MEF en el pasado a tener, al menos aparentemente, cierto sesgo en sus proyecciones.
Antes del 2013, cuando la economía crecía con fuerza, el MMM solía subestimar el crecimiento, ya sea por cautela, o para manejar expectativas de gasto en el Congreso, comentó.
En los últimos dos años 2013 y 2014, sin embargo, las proyecciones parecían querer transmitir un sentimiento de optimismo a los inversionistas (en línea con el discurso de las autoridades fiscales), indicó en el Reporte Semanal del banco.
Es interesante que, aparentemente, el MEF ya no siga buscando animar al inversionista por vía de sus proyecciones. Tal vez debido a que no venía funcionando, o porque insistir podría ser contraproducente en términos de credibilidad, dijo Arbe.
Opinó que también es notable el fuerte ajuste en las proyecciones fiscales. El déficit fiscal de 2.7% del Producto Bruto Interno (PBI) en el 2015 y 3% en el 2016 que espera el MEF son cifras mucho mayores que lo que espera el mercado.
Dado que se trata de una variable que es parte del quehacer propio del MEF, consideró que hay que tomar muy en cuenta su opinión, pues está avisando que habrá un deterioro fiscal mayor a lo esperado.
En el pasado reciente, el balance fiscal ha sido a veces mejor de lo que el MEF estimaba, debido a que el gasto fiscal, en especial de los gobiernos regionales y locales, no llegaba a cumplir con las intenciones de gasto del Ejecutivo, indicó.
Es posible que eso también ocurra en alguna medida en el 2015 y 2016. Sin embargo, el cambio más llamativo es por el lado de los ingresos fiscales. En el 2015 el MEF espera que los ingresos fiscales caigan 4.6% en términos nominales, versus sólo 1.3% antes, consideró.
Esto está en línea con una recaudación del Impuesto a la Renta muy afectada por la desaceleración económica y por la caída en precios de metales y del petróleo.
Arbe agregó que para el 2016 el MEF espera una recuperación del ingreso fiscal de 6.7%, que es menor al 7.4% que esperaba antes.
El MEF también ha ajustado sus proyecciones de balanza comercial, ante la nueva realidad de términos de intercambio.
El ajuste para el 2015 es marginal, pero el 2016 pasa de un superávit leve a un déficit claro. En ambos años, el déficit proyectado del MMM supera a lo esperado por el mercado, aunque eso podría reflejar un rezago entre los analistas en ajustar sus proyecciones a las nuevas tendencias de precios de las materias primas.