El Scotiabank reajustó su proyección del tipo de cambio de S/. 3.20 a S/. 3.26 por dólar para fines del 2015, considerando el avance del índice del dólar en lo que va del año, el ritmo de tolerancia del Banco Central de Reserva (BCR) ante la depreciación y un escenario en el que la decisión de la Fed no altera la trayectoria previa.
La visión del BCR es que la mayor parte de la depreciación del sol ya se dio, según recientes declaraciones de su presidente. Por un lado el BCR contempla que la especulación en los mercados respecto del alza de la tasa Fed podría posponerse, lo que reduciría la presión cambiaria.
Por el lado local, considera que la conversión de depósitos de nuevos soles a dólares por parte de agentes económicos, como empresas y fondos, ya se produjo; así como la demanda de dólares provenientes por aquellos agentes que han convertido sus créditos de dólares a soles (facilitados por la política de desdolarización del crédito promovida por el BCR).
Las presiones sobre el mercado cambiario no son nuevas. Se iniciaron con el anuncio del tapering en el 2013 y la debacle de los precios de los metales. No obstante, en lo que va del 2015 han ido en aumento y se han agudizado impulsadas por la creciente probabilidad de un aumento de las tasas de interés por parte de la Fed.
Asimismo, cierta debilidad en los fundamentos de las economías emergentes (principalmente China) y nuevos descensos en los precios de los metales han contribuido a dar soporte a esta tendencia.
Desde el 2013 el tipo de cambio no depende tanto de los fundamentos del nuevo sol, sino de lo que pasa con el dólar a nivel mundial, en términos de dirección; y de la intervención del BCR, en términos de magnitud.
Tal como se observa en el gráfico inferior hay desviaciones de corto plazo, pero en el mediano plazo la correlación es relativa alta (R2 = 78%). En términos de magnitud, el índice del dólar (DXY) se ha fortalecido 23.3% entre enero de 2013 y agosto de este año.
El BCR ha sido tolerante con esta tendencia pero ha acotado la magnitud, de tal manera que el sol muestra un ritmo similar de debilitamiento respecto del dólar en ese mismo lapso (25.5%).
Como se puede apreciar en el gráfico, las monedas de los países integrantes de la Alianza del Pacífico (bloque de economías con los mejores fundamentos de la región) no han tenido un comportamiento homogéneo durante este proceso.
Colombia y Chile lideran la depreciación, mientras que las monedas de México y Perú registran una magnitud menor. La situación se torna más compleja para los bancos centrales, pues en el caso de la región, todas las economías tienen una inflación por encima de su objetivo.
Las depreciaciones han acelerado la inflación y deteriorado las expectativas de crecimiento por la pérdida de poder de compra y aumento en costos importados.
En adelante todo depende del dólar y los flujos de capital. Cuando el tipo de cambio depende de algo tan cambiante y difícil de predecir como los flujos de capitales, existe un rango muy amplio de resultados posibles.
Ahora los flujos de capitales se encuentran exacerbados por la abundancia de liquidez en el mundo. Un escenario posible es que, después que la Fed suba la tasa (de acuerdo con las expectativas del mercado podría ser en setiembre), los mercados corregirían debido al fuerte posicionamiento en dólares en el mundo (nivel histórico).
Tal vez, parte de la efervescencia del dólar tenga que ver con la proximidad de ese momento, señaló el analista senior del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank, Mario Guerrero.
Este escenario sería una aplicación del principio financiero de “compra con el rumor, vende con la noticia”, con lo cual el sol podría fortalecerse, al menos temporalmente.
Los mercados financieros son aún gobernados por emociones y no es raro observar situaciones de euforia o pánico respecto del comportamiento de una variables en particular.
Otro escenario sería que los mercados sigan favorables al dólar, en espera de más subidas de la tasa Fed, con lo cual la tendencia actual continuaría, indicó en el Reporte Semanal del Scotiabank.
Será necesario conocer la reacción de los mercados ante la decisión de la Fed para tener mayor visibilidad sobre la trayectoria futura del dólar, concluyó Guerrero.