La informalidad es un innegable problema del Perú. Para el abogado tributarista Sandro Fuentes, socio del Estudio Rodrigo, Elías & Medrano, el principal arma para combatirla es la disuasión.
La primera función de la Sunat –recalcó- es convencer a los agentes económicos de entrar al sistema, persuadiendo a través de la imposición de autoridad y el cruzamiento de información para detectar los casos de evasión tributaria.
“El riesgo de incumplimiento debe elevarse. La ley prohíbe pasar la luz roja, pero alguien la debe hacer cumplir. Desde el 2003 o 2004 la informalidad ha crecido considerablemente, porque se perforó el sistema tributario con criterios anti-técnicos. Somos la quinta economía más informal del mundo”, indicó.
Para mantener un crecimiento en el largo plazo –sostuvo el tributarista- necesitamos capitales, innovación y tecnología foránea, pero “bajaremos de ligas” si el inversionista percibe problemas graves de institucionalidad.
“Dos fundamentos de nuestra nación están mal tratados: El Poder Judicial y la informalidad. Es una mezcla explosiva que podría preocupar principalmente al inversionista especulativo que prefiere sectores de alto riesgo”, advirtió.
Asimismo, saludó que la administración tributaria flexibilice sus criterios para imponer sanciones. “No se pueden imponer multas enormes porque en el comprobante pago exista un error ortográfico. Se pierde tiempo y no genera un ámbito de respeto, sino de odiosidad a la Sunat”, observó.
Shock de gestión pública
Fuentes expresó además su respaldo al shock de gestión pública anunciado por el ministro Luis Miguel Castilla, pues demuestra que se ha reconocido un aparato estatal ineficiente, ineficaz y enorme.
“La regionalización puede convertirse en un problema severo, como en España. El Estado era malo, pero se debilitó aún más con tres gobiernos diferentes: central, regional y local. Nuestro diseño de Estado ya fue”, aseveró.