La periodista y abogada Rosa María Palacios se preguntó ¿quién quiere comerse la comida de los niños pobres? Para ella, los ataques al programa Qali Warma -que brinda desayuno escolar a los niños más necesitados- forman parte de un “psicosocial”. Incluso, aludió a una investigación del catedrático de la Universidad del Pacífico, Enrique Vásquez, que destapó filtraciones en el programa social.

Refiere que solo hay 400 casos de indigestiones frente a 420 millones de platos servidos: menos de 1 en un millón. Para seguir con las conclusiones: Qali Warma ha tenido problemas con el 0.00009% de las raciones. “¿Eso merece el escándalo recibido? Es obvio que no. Entonces, ¿quién está detrás de esta campaña sucia?”.

“No creo que el restaurante más caro de Lima pueda exhibir ese estándar. Bastaría pedir cifras al SIS para evaluar cuál es la prevalencia de la indigestión en la población infantil pobre por alimentos brindados por sus madres”, insistió en su columna dominical de La República.

El programa Qali Warma -anotó- reparte el 30% de sus raciones en recetas ya preparadas y 70% en canastas de productos no perecibles. Para Rosa María Palacios, “introduce dos cambios sustanciales”: variedad de los platos y 400 proveedores. En este último punto, ella cree que están los problemas: los proveedores antiguos se quedaron fuera de carrera cuando se canceló el PRONAA. Y debido al “éxito en el área rural” de Qali Warma, justo “donde le va a mejor a Humala en las encuestas”.

Y en este punto, criticó que el investigador Enrique Vásquez acuse a siete proveedores de Qali Warma de no tener RUC, cuando él fue quien cometió el error: “cambió la ortografía de los nombres y por eso no salía la respuesta de SUNAT”.

Hay la posibilidad de “un boicot intencional”, advirtió la periodista Rosa María Palacios. Y dijo que ojalá -aunque lo ve probable por la debilidad del Gobierno- los niños no sean los más perjudicados y se queden sin comida.