El riesgo crediticio y la necesidad de una mayor institucionalidad para crecer

G de Gestión. A propósito del upgrade obtenido por Moody’s esa agencia calificadora, Standard & Poor´s y Fitch Ratings opinan sobre la necesidad de fortalecer la institucionalidad política del Perú.

Mina de oro Pierina de Barrick en Ancash. (Foto: SNMPE)
Mina de oro Pierina de Barrick en Ancash. (Foto: SNMPE)

Una de las principales conclusiones del informe de Moody´s Investors Service en el que se argumentaba el upgrade obtenido por el Perú en el rating de deuda soberana de un “A3”, lo que significó una mejora de dos peldaños, es que a partir de esta calificación debían registrarse mejoras en cuestiones más estructurales de la economía peruana como su carencia de institucionalidad.

Si bien es cierto se reconoce los méritos del manejo macroeconómico dadas las expectativas de que se acelere la expansión de la economía, se consolide su sólida posición fiscal y que las reformas estructurales propicien un escenario favorable a su potencial de crecimiento, también se plantea un desafío para el país si es que pretende seguir mejorando en su calificación soberana.

“Las autoridades quieren más, pero ahora se tiene que crear conciencia de que no solo hay que ser un ‘A’, sino parecerlo”, señala Jaime Reusche, vicepresidente de Riesgo Soberano de Moody´s, citando la agenda de grandes debilidades pendientes del país, entre ellas las instituciones políticas, el Poder Judicial, los bajos niveles de educación, la falta de gobernabilidad y la poca presencia del Estado en el interior del país.

Esta mención resulta relevante en un escenario donde la solidez de las instituciones económicas del Perú es reconocida en el contexto global de los mercados considerados como emergentes, no obstante un retroceso o la propia persistencia de la debilidad de las instituciones políticas puede motivar un pérdida del “A” obtenido el pasado 2 de julio, tal como sucedió con España, Italia e Irlanda, por citar casos recientes vinculados a la recesión ocurrida en el viejo continente.

“El caso más relevante es el de un país con retos similares a los del Perú y que también tiene un sector minero importante: Sudáfrica, donde la inestabilidad política se ha degenerado en violencia y protestas que traban la actividad económica y están mermando el fisco”, remarca Reusche.

Standard & Poor´s
En agosto del 2013, la calificadora de riesgo Standard & Poor’s realizó un upgrade con el rating de deuda soberana del Perú, con la inclusión de una perspectiva de “estable” que mantiene hasta ahora.

Más allá de que S&P ha pronosticado que el crecimiento del PBI del país estará entre 4% y 4.5% en el presente año, la posición de esta organización siempre ha subrayado cuál es la debilidad que el Perú debe trabajar mirando el mediano y largo plazo.

“Desde el último upgrade otorgado al Perú, en agosto del 2013, a la fecha hemos insistido que el país tiene una carencia de institucionalidad que se ha convertido en una debilidad respecto a sus pares -países con similar calificación de riesgo soberano– en América Latina, nos referimos a Uruguay, México y Brasil”, sostiene Richard Francis, analista principal de Standard & Poor’s.

De acuerdo con el procedimiento que S&P cumple para la asignación de ratings y perspectivas para la deuda soberana, antes que realizar una modificación del rating, en este caso un upgrade, primero considera realizar un cambio en la perspectiva.

Por ejemplo, el Perú tiene la perspectiva de “estable” en su rating de “BBB+” desde hace un año, el primer cambio que debería darse sería la perspectiva a “positiva”, luego vendría recién el upgrade.

“Es imposible que S&P pueda realizar una modificación de rating de dos escalones como se realizó hace un mes. Primero debemos observar cómo va la perspectiva”, señala Francis.

Remarcó que la proyección de crecimiento de su institución para el Perú en el 2015 es de 6% tomando en cuenta las perspectivas de crecimiento de la producción minera para ese año.

“Este panorama de recuperación de los ritmos de crecimiento se iniciará en el cuarto trimestre del año y se intensificará en el próximo año. Otro punto favorable será que en el 2015 se despejarán las dudas que siempre ocasionan las elecciones regionales y municipales, eso normalmente afecta la concreción de las inversión pública descentralizada”, expresa.

Otros desafíos que tiene la economía peruana, según el analista principal de S&P, tienen que ver con la mejora de la productividad, potenciar la educación e introducir tecnología, que se expresa en superar los niveles de enseñanza en ciencias.

“De esta manera, se podrán sacar mejores beneficios de los tratados de libre comercio suscritos por el Perú en los últimos años, uno de ellos será la diversificación productiva, en línea con el plan lanzado por el gobierno en las últimas semanas”, agrega.

Fitch Ratings
Desde octubre del 2013, la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings mantiene una calificación crediticia de la deuda de largo plazo en moneda extranjera del Perú hasta “BBB+” con una perspectiva de “estable” para la economía.

Coincidentemente con las otras dos calificadoras de riesgo globales, Fitch subraya como fortaleza del Perú sus balances externos y fiscales, su continuo crecimiento económico superior a sus pares con calificación del rating anterior (BBB) y su largo historial de estabilidad macroeconómica y financiera.

Fitch resalta que el Perú estableció, con un historial de coherencia en sus políticas y credibilidad, lo que junto con la flexibilidad de su financiamiento externo y fiscal, sustentan su fuerte capacidad de absorción de choques externos.

“La perspectiva de crecimiento es favorable por los fuertes flujos de inversiones mineras y la expectativa de duplicar la producción de cobre en el 2016”, menciona Erich Arispe, director principal de Calificación Soberana para América Latina de Fitch Ratings.

A inicios del presente año, Fitch dio a conocer que el ingreso per cápita en el Perú fue de US$ 10,240 el 2013, según el concepto de Paridad del Poder Adquisitivo (PPP), lo que significó un crecimiento de 14.7% en relación al 2012.

En conclusión, existe un consenso, de forma independiente de los ratings específicos, entre las tres calificadoras de riesgo soberano que el Perú se encuentra en una situación que exige reformas de mediano y largo plazo para reforzar la institucionalidad del país.

La desaceleración de la economía en el primer semestre del presente año puede revertirse a partir del último trimestre y retomar su tasa del 6% en el 2015 gracias al potencial minero y a la reactivación de otros sectores vinculados con la inversión descentralizada, una vez que termine el proceso electoral que se llevará a cabo este 5 de octubre.

Sin embargo, esta expansión prevista del sector productivo y de servicios no tendrá la posibilidad de volverse sostenible si es que no se emprenden cambios para fortalecer el Poder Judicial, luchar frontalmente contra la corrupción o elevar los niveles de educación a nivel nacional.

Existen buenas señales del aporte de la institucionalidad económica y corporativa que se alinean con el grado de inversión que ostenta el Perú, el turno ahora es fijar los cimientos de la institucionalidad política.

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