Uno de los puntos de debate de la mesa redonda La Salud en el Perú: retos y oportunidades fue la participación de los privados en la salud.
No hay “privatización de salud”, pero las alianzas con algunas entidades -que pueden ser desde la ejecución de proyectos de inversión hasta el encargo de la administración de centros de salud- tratan de romper con mitos que entrampan el desarrollo del sector.
El Minsa pretende establecer políticas claras de cooperación entre los sectores público y privado, sin que uno suplante al otro. Aquí, presentamos la posición de Jorge Ruiz, gerente de operaciones hospitalarias de clínicas Auna.
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En salud, los recursos públicos deben estar donde mejor se gestionen y donde el Estado logre lo que necesite. Ya sea un modelo de gestión público, privado o mixto el paciente debe estar en el centro. En el sector privado, eso está fuera de discusión: si uno no brinda un servicio de calidad, el ciudadano se va a otro lugar porque el financiamiento lo sigue.
En cuanto al aseguramiento, soy un partidario abierto de la libre elección para alienar incentivos. ¿Cuál es el incentivo para una institución de ser mejor si tiene cautivo a un cliente que no tiene otra salida? Si eso no es posible, por lo menos hay que buscar la libre elección de prestador.
Claves de la reforma
No hay que perder de vista tres temas fundamentales de la reforma: la transición demográfica, la informalidad laboral y el centralismo en los servicios.
La pirámide poblacional del país ya se adelgazó en su base, empezamos a envejecer y hay que enfocarse en las enfermedades degenerativas, pues el enfoque ha sido hasta ahora el binomio madre-niño.
Para ampliar la cobertura de seguros, la informalidad laboral impacta directa y negativamente en la capacidad de asegurar.
Otro factor es el centralismo. Se ha vuelto complicado desarrollar actividades al interior del país pues ahora dependemos de muchos funcionarios a nivel nacional, y eso complica la implementación de la reforma.
Regulación restrictiva
Ha habido cambios importantes en la regulación pero, en este proceso de descentralización, la normativa se entiende en diferentes idiomas. El marco regulatorio, en algunos casos nuevo y en otros muy antiguo, se interpreta en una forma que demora las inversiones. Este avance lento de la reforma es debido a la resistencia al cambio y allí, muchas veces, la regulación se transforma en una barrera. Es fundamental que el tema regulatorio sea revisado para eliminar estas barreras en la definición de funciones del personal médico, por ejemplo.
Recursos humanos
Otro tema estratégico es la escasez severa de recursos humanos. Antes teníamos escasez de enfermeras y ahora tenemos escasez de todo. Hay una movilidad de profesionales tremenda en el sistema, dificultad que se agrava en el interior del país. Este problema impacta directamente en el costo de los servicios. La solución va por el uso de herramientas tecnológicas como el reporte de imágenes a distancia.
EL DATO
Acreditación. La reforma también debe contemplar la reactivación de la acreditación de las entidades prestadores del servicio de salud. Algunos privados ya apuestan por la acreditación internacional, que resultó más sencillo que lidiar con la normativa peruana.
DIXIT
“Sobre la resistencia del sector al cambio, (hay que recordar que) el Estado sigue siendo el dueño de algo que funciona y sirve al paciente”.