Las propuestas de reducción de impuestos y exoneraciones tributarias han estado sobre la ola durante toda la campaña electoral, pero quizá una de las más controvertidas, por los efectos que acarrearía, es la de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) de reducir el IGV a un punto por año de 18% actual a 15%.
La medida, según el equipo técnico de Peruanos Por el Kambio, promovería la formalización de las pequeñas empresas en el país, junto a otras iniciativas, e incluso, podría dinamizar el consumo entre las familias ante los menores costos.
Sin embargo, esta propuesta ha sido criticada desde diversos frentes. Tanto el Banco Central de Reserva (BCR) como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sostienen que la caja fiscal no tiene espacio para nuevos recortes tributarios, toda vez que las fuentes de mayores ingresos se han vuelto más limitadas.
Incluso la agencia calificadora de riesgo Moody’s advirtió que una medida de este tipo generaría presiones negativas sobre la calificación de deuda de Perú, actualmente en A3 (grado de inversión).
Mientras que desde la academia, destacados economistas creen una medida de este tipo no garantiza que las pequeñas empresas se vayan a formalizar, dado que su informalidad es explicada por una serie de factores que van más allá de los costos tributarios. Pero sí podría generar un golpe a la caja fiscal.
Lo que siente la calle
No obstante, el sentir en las calles es diametralmente opuesto al de los círculos tecnocráticos y académicos. Según la última encuesta de Datum el 77% de la población está de acuerdo con reducir el IGV como propone PPK, mientras que solo un 15% se muestra en contra.
El mayor entusiasmo sobre esta medida se observa entre los adultos de 25 a 34 años (80.4%) y los de 35 a 44 años (80.9%). Mientras que a nivel socio económico se ve un fuerte apoyo en el segmento A/B (81.9) y por zonas en la capital (80%).
No es extraño el alto nivel de respaldo con el que cuenta esta propuesta toda vez que en el sentir de la población hay un fuerte descontento con los servicios que brinda el Estado, que no compensarían los tributos que se pagan.