A poco más de un mes para decidir quién será el próximo gobernante del Perú, el contexto político está, por decir lo menos, un tanto movido. Prueba de ello es que todavía no se tiene un panorama claro de quiénes participarán efectivamente en las elecciones generales, debido a las idas y venidas del Jurado Nacional de Elecciones y de los Jurados Electorales Especiales, así como la serie de cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso electoral por parte de diversos candidatos.
Según el Semanario de ComexPerú, el periodo de elecciones, por lo general, afecta el desempeño de la economía, ya que genera cambios en las expectativas de los agentes económicos, y en especial incide sobre la confianza del sector empresarial.
“Las decisiones de los inversionistas están relacionadas, en gran medida, con las expectativas que tienen sobre el país, lo cual es sumamente importante, pues cuando estas son negativas la inversión se reduce, lo que tiene consecuencias directas sobre el desarrollo económico”, precisa.
En ese sentido, la confianza empresarial disminuye ante la falta de un panorama claro, pues se desconoce qué rumbo tomará la economía luego de elegido el próximo gobernante.
“La reacción de los empresarios se mide a través del Índice de Confianza Empresarial que elabora el BCRP. Así, cada una de las elecciones estuvo marcada por aspectos distintos”, menciona.
Por ejemplo, en las elecciones de 2006, el valor del referido índice disminuyó de 67 puntos en setiembre de 2005 a 57 puntos en febrero de 2006 -cabe resaltar que a mayor puntaje, mayor confianza-, mientras que en las elecciones de 2011, el valor del índice cayó de 70 puntos en setiembre de 2010 a 65 puntos en febrero de 2011.
Asimismo, en el mes de abril (cuando se llevó a cabo la primera vuelta), la diferencia fue sustancial: el índice cayó 4 puntos en 2006 y 11 puntos en 2011. Luego de la segunda vuelta y durante el resto del año el índice se recuperó en diciembre de 2006, con 72 puntos, mientras que a fines de 2011 no superó los 60 puntos.
¿A qué se debe esta diferencia? La razón es muy sencilla: la victoria de quien en ese momento era percibido como el candidato “antisistema”, Ollanta Humala.
Es natural que los empresarios prefieran a los candidatos que son amigables con el mercado, debido a que es una señal generalmente aceptada de que se continuará con una línea a favor de la libertad económica, favorable para los negocios y sobre todo para inversiones de mediano y largo plazo. El actual presidente en ese momento representaba el alejamiento de dicho modelo, caso contrario a la elección de Alan García en 2006.
En lo que respecta a las elecciones de este año, el Índice de Confianza Empresarial viene en caída desde enero de 2015, de tal forma que el valor de enero de este año es 11 puntos más bajo.
“Esta tendencia ha ido de la mano con la caída de la inversión, que disminuyó desde el cuarto trimestre de 2014, cuando reflejaba un 20.1% del PBI, al 19.3% del PBI en el cuarto trimestre de 2015, según el BCRP. No obstante, de acuerdo con un estudio de Apoyo Consultoría, elaborado en octubre del año pasado, un 57% de empresarios considera que inmediatamente luego de las elecciones la confianza se recuperará”, señala el boletín de ComexPerú.