Actualmente se percibe una “sobrefiscalización” en ciertas empresas, sobre todo en los principales contribuyentes, sostiene la experta Lourdes Chau, de PricewaterhouseCoopers (PwC). La labor inspectiva de fiscalización se debe ampliar a “aquellos que nunca han pagado impuestos y que seguramente perciben muchos ingresos”, precisó.
“Los principales contribuyentes están en la mira de la Sunat, y es ahí donde está concentrada la fiscalización”, agregó.
La experta identifica tres fases que deben tomarse en cuenta al momento de abordar el tema de la fiscalización: organización, ejecución y conclusión de la fiscalización.
En lo que respecta a la organización de las fiscalizaciones por parte de la administración tributaria, aún falta afinar varios temas, manifiesta. Se deben organizar las labores de modo que no se concentren en una sola empresa.
Da el ejemplo de las firmas que actúan a través de consorcios. Empresas que participan de diez a doce consorcios recibirían la visita de la administración tributaria por todos esos consorcios, incluso podría darse el caso que se dé al mismo tiempo. Esto genera que la empresa no pueda atender con la eficiencia y efectividad que una revisión demanda, dando paso a una acotación por parte de Sunat.
En este sentido, lo que debe organizarse mejor es a quienes se fiscaliza y con qué frecuencia.
“Las empresas no están hechas exclusivamente para atender a la administración tributaria, están para desarrollar su negocio, y eso es lo que va a generar los pagos de los tributos” sostiene la experta.
En el caso de la ejecución o criterios que se toman para decidir si una empresa ha pagado correctamente sus impuestos, durante la fiscalización lo que se encuentra en la mayoría de los casos es que hay una predisposición por parte de la administración tributaria para pensar que las cosas se han hecho para dejar de pagar impuestos, perdiéndose de este modo la perspectiva que se tiene de un negocio: sacarlo adelante y pagar los impuestos que corresponden.
Finalmente, respecto a la conclusión de la fiscalización –donde se determina si se debe o no a la administración tributaria- es generalmente una etapa de conflicto entre las partes.
La empresa puede recurrir a un tribunal fiscal en caso no esté de acuerdo con una acotación recibida por la Sunat, sin embargo las resoluciones emitidas no son impedimento para que se sigan asignando acotaciones por temas similares.
Lourdes Chau sostiene que lo mencionado anteriormente es algo que se debe mejorar: “Si el tribunal ya decidió que eso se interpreta de cierta forma, es eso lo que hay que tomar en cuenta”, esto va a generar una seguridad jurídica y se va a reducir la carga procesal.