Juan Pablo Porto, tributarista en PricewaterhouseCopper, declara que se debe desarrollar una mayor cultura tributaria en el país, y hasta que no se dé esto, a través de una mayor presencia de la Sunat se genera una mayor presión tanto a personas jurídicas como naturales, y se espera que ello se convierta en consciencia en un futuro.
“Últimamente la administración tributaria se ha vuelto mucho más robusta y las personas que antes sentían que probablemente un ingreso que no quería declarar se encontraba seguro, vemos que hoy día sí puede ser alcanzado por la administración tributaria”, sostiene.
Este es el caso de la fiscalización a personas naturales, que hasta hace algunos años era algo muy poco común, pero actualmente es algo más frecuente que reciban cartas inductivas o esquelas de citación, por medio de la cual la Sunat le pide a estas personas que expliquen ciertos ingresos o desbalances que se pueden haber detectado.
Esto se aplica sobretodo para las rentas de capital y las rentas de fuente extranjera, donde no existe una contraparte que exija el pago del impuesto y por tanto es más propensa a no ser declarada por la persona natural.
Actualmente, los sujetos de acuerdo a la ley de renta peruana pueden ser personas domiciliadas -peruano que reside en el país- o no domiciliadas. El domiciliado debe tributar respecto a sus rentas de fuente peruana y las de fuente extranjera.
Sin embargo, el tributarista de PwC explica que a pesar de que el domiciliado tributa sobre más rentas –sobre la nacional y extranjera-, lo que se ve es que tributa menos, debido a que tributa en base a tasas escalonadas -a diferencia del no domiciliado que paga 30%-, haciendo que el impacto tributario pueda ser menor.
“Por eso la importancia de que el fisco tenga las herramientas para poder fiscalizar aquellas rentas de fuente extranjera”, nos dice. Lo que la fiscalidad internacional está apuntando es a los intercambios de información, es decir que los fiscos entre sí intercambien información para que de este modo sepan los fiscos donde es que hay oportunidades de cierto gravamen.
De este modo, el siguiente paso para el crecimiento y consolidación de la administración tributaria es identificar e ir tras las rentas que se perciben en el extranjero de las personas naturales.
Cultura tributaria
“O se desarrolla una mayor cultura tributaria y hacemos que las personas declaren, o hacemos que una autoridad tributaria tenga más herramientas para que haga mejor esta labor de fiscalización”, expone el experto.
Se debe llegar a un equilibrio donde las personas se den cuenta que los impuestos que pagan terminan sirviendo y siendo utilizados para que el país funcione.
“Hasta que no estemos en ese punto lo que se hace es que a través de una mayor presencia de la administración tributaria se genera este temor, que esperemos el día de mañana se convierta en consciencia”, declara.
“Yo creo que la persona va a desarrollar la consciencia cuando se d cuenta que el Estado hace un uso eficiente y adecuado de los recursos que cobran”, añadió.