La Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú) señaló que el precio del agua en el Perú no refleja su escasez relativa, así como tampoco los costos de captación y tratamiento que requiere, por lo que no se paga el costo real del agua y esto no permite tomar conciencia de su desperdicio, malgasto y contaminación.
“Tampoco le permite a las empresas de saneamiento recaudar lo suficiente para programar inversiones que permitan extender las redes y mejorar la infraestructura y servicio a los usuarios”, añadió.
Indicó que factores como el aumento demográfico o la poca oferta de agua potable por parte de las cuencas peruanas son las principales limitaciones ante el uso desmedido del agua.
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“El aumento de la población en Lima y provincias, en un país con crecimiento económico, ha generado un aumento exponencial en la demanda de agua, cuya producción se debe repartir entre cada vez más personas y usos”, puntualizó.
Si bien recordó que el Perú se encuentra entre los 20 países más ricos en recursos hídricos del mundo, y en el puesto 17 de 180 países con mayor cantidad de agua per cápita por año, 12 de las cuencas del Pacífico cuentan con niveles inferiores a los 1,000 metros cúbicos per cápita al año, lo que representa una situación de “escasez hídrica”, según estándares internacionales.
Además, la gestión de este recurso, en especial su captación, se muestra como un problema a tratar urgentemente.
Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), la vertiente del océano Pacífico, que nace en los Andes y abastece de agua al 70% de la población peruana, captura solo el 1.8% de las precipitaciones fluviales de la zona, mientras que el 97.7% restante es llevado al Atlántico, a través de la vertiente del Amazonas, y el 0.5% restante al lago Titicaca.
Según información del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el mal estado y deterioro de las cuencas hidrológicas en el Perú se produce frecuentemente por la eliminación de la cobertura vegetal, prácticas agrícolas inadecuadas, sobrepastoreo, utilización impropia del agua, tala ilegal de los bosques y contaminación.
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Otro problema persistente es el uso ineficiente del agua. En el caso del agua para riego, el 88% de los campos de cultivo aplican el riego por inundación (típico además de productos como el arroz, que no es un cultivo muy rentable) y, según estimaciones del PNUD, el 65% del agua para agricultura se pierde debido a las deficientes condiciones de nuestro sistema de riego (falta de drenajes y de manejo profesional).
En cuanto al agua para el consumo doméstico, el mal uso del recurso se da, en parte, porque existe un problema de valoración.
“Debemos dejar la idea del agua como recurso provisto de manera gratuita e inagotable. Llevarla a cada campo, fábrica o casa tiene un costo, y es mejor prever sistemas en donde cada usuario lo asuma paulatinamente, para permitir que pronto todos puedan tener acceso al servicio”, dijo el gremio empresarial.
En este escenario, manifestó que si lo que quiere el Estado es mejorar la competitividad del sector hídrico rápidamente, entonces debería promover una mayor participación del sector privado en la gestión de Sedapal y demás empresas públicas de saneamiento, teniendo en cuenta que ya existen evidencias de buenos resultados a partir de la inversión privada en servicios públicos.