Lisboa (Reuters).- En la antesala de unas protestas en las inmediaciones del Parlamento contra el nuevo presupuesto 2013, el primer ministro de Portugal prometió el lunes mantener el camino de la austeridad, pese al daño político que ello está causando a su partido.
Después de que sus rivales socialistas obtuvieran una amplia victoria en una elección regional celebrada el fin de semana, el conservador Pedro Passos Coelho dijo que no se desviaría de una estrategia que fue calificada de ejemplar por los líderes de la UE, pero que ha tensado la paciencia de los votantes.
“Pese a los malos momentos, el partido está saliendo adelante en términos nacionales, las elecciones regionales no comprometerán la estrategia nacional”, afirmó Passos Coelho después de que sus socialdemócratas salieron derrotados en las elecciones celebradas en Azores el domingo.
El presupuesto, que será presentado al parlamento a partir de las 1700 GMT del lunes, incluye algunas de las medidas más duras desde que el país debió ser rescatado por la UE y el FMI. La policía espera una gran protesta, a medida que la aceptación inicial de la austeridad da paso a un creciente malestar.
En momentos en que el país sufre la peor recesión desde la década de 1970, el presupuesto del 2013 introduce fuertes alzas del impuesto al ingreso, que podrían equivaler a dos o tres meses de salarios para los trabajadores de renta media. Esto, con el fin de que el país cumpla las metas establecidas en el rescate.
El propio ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, ha descrito los incrementos impositivos como “enormes”.
Algunos economistas sostienen que las medidas, que también incluyen rebajas a las pensiones y un impuesto a las transacciones financieras, podrían empujar a Portugal hacia una espiral recesiva.
En cambio, el Gobierno argumenta que la disciplina fiscal es conveniente para Portugal en el largo plazo.
El partido de Passos Coelho tiene una cómoda mayoría parlamentaria, junto con su aliado de derecha, los CDS. Sin embargo, esta última fuerza se ha opuesto en el pasado a las alzas de impuestos y analistas dicen que el apoyo completo del partido no puede darse por sentado.
En las últimas encuestas nacionales, el apoyo al partido oficialista ha caído a mínimos desde la última elección de junio del 2011.