Previo al lanzamiento de la versión en español del que ha sido catalogado como el mejor libro de economía de este año, El Capital en el siglo XXI del francés Thomas Piketty, que será presentado en un evento coorganizado por LR, el autor se refirió a la desigualdad en los países de América Latina, particularmente en Colombia y Brasil.
Adicionalmente, recalcó la necesidad de que se abra el acceso a los datos fiscales de los países de la región con el fin de tener información mucho más certera, que permita el desarrollo de políticas públicas para mitigar las necesidades que se requieren para realmente impactar la desigualdad y disminuirla.
¿Cuál es su posición frente al tema de desigualdad en América Latina?
La desigualdad es un tema particularmente muy importante en Colombia y en América Latina y debo disculparme porque mi libro no incluyó suficiente material acerca de la región, pero no es del todo mi culpa. Es en parte debido a la falta de acceso a información estadística, histórica y a los datos fiscales de Latinoamérica.
Ha habido algún progreso recientemente y mi amigo y colega Facundo Alvarado, por mucho tiempo ha intentado trabajar con datos fiscales de países latinoamericanos, particularmente de Argentina.
Recientemente en Colombia se han encontrado buenas estimaciones de Facundo y Juliana Londoño, que es una joven y brillante economista que ha sido traída a nuestro país y ahora está haciendo su doctorado en Berkeley. Ha hecho unas interesantes estimaciones relacionadas con el nivel de desigualdad en Colombia.
Esas estimaciones han sido puestas en nuestra base de datos de ingresos de países, obviamente hay muchos países que faltan y me parece muy interesante incluir más latinoamericanos.
Es importante darse cuenta de que al tener solo una parte de la información tendemos a subestimar la desigualdad, en particular en lo que tiene que ver con la distribución. Y probablemente la desigualdad en muchos países latinoamericanos se encuentra en niveles más altos que lo que vemos aquí.
¿Cuál es la diferencia al hacer las mediciones a través de los datos fiscales?
Las estimaciones de Colombia realizadas por Juliana muestran que los datos fiscales, incluso en los países donde los sistemas fiscales no están funcionando perfectamente bien, nos dan estimaciones mucho más altas que en nuestro observatorio.
En Brasil, cuando cambiamos de nuestro observatorio a bases de datos fiscales, los datos pasan de mostrar menos desigualdad que en los Estados Unidos a sustancialmente más desigualdad que en los Estados Unidos.
Y también diferentes tendencias de los datos muestran que en el caso de Brasil, la desigualdad, cuando se hace una encuesta es baja, mientras que si se analizan los datos fiscales esta sube para los casos recientes.
Estos son resultados preliminares para el caso de Colombia y Brasil, pero muestran que necesitamos tener más transparencia sobre los ingresos y la riqueza en Latinoamérica, particularmente en estos países. En los otros países también estamos esperando tener acceso a datos fiscales, incluyendo México.
¿Qué hacer en ese tema de producción de datos?
Es importante darse cuenta que la producción de datos más confiables es clave en términos de una discusión democrática sobre la desigualdad y también significa progreso en el sistema de impuestos, que también es una forma de producir información sobre la sociedad.
En ese sentido, un sistema progresivo de impuestos en Colombia puede ser una manera de producir mejor información sobre lo que los diferentes grupos, por ingresos y riqueza, están haciendo y creo que eso es importante para la sociedad y particularmente para las sociedades desiguales, para que conozcan mejor cómo se benefician los diferentes grupos de los ingresos, año a año. De esa manera se busca que podamos adaptar mejor nuestras políticas.
Editado y traducido por: Mónica Parada Llanes
Los errores del best seller, según el fundador de Microsoft
“Decepcionado”, esa fue la palabra con la que el empresario de la informática describió su reacción frente a la investigación del economista francés especialista en desigualdad económica y distribución de la renta Thomas Piketty.
Según el comentario crítico que Gates publicó en su blog el pasado octubre, el economista francés no aborda cabalmente la desigualdad de ingresos y se queda en una visión incompleta “de cómo se crea la riqueza y cómo mengua”. Además, criticó y calificó como falsa su idea de que las fortunas heredadas y acumuladas durante generaciones y siglos (llamadas old money) son causa de la desigualdad.
De hecho, el empresario recordó que en Estados Unidos, “esas fortunas heredadas desaparecieron, por la inestabilidad, la inflación, los impuestos, la filantropía y el gasto”. También sugiere que se consideren los datos de consumo y acceso a bienes como vivienda o educación.
Sin embargo, Gates coincide con Piketty en un punto y es en que la desigualdad del ingreso es un gran problema porque destroza los incentivos económicos, ata las democracias a los intereses más poderosos y socava el ideal de que todos los hombres son creados iguales. Además, esa concentración de la riqueza, en sus palabras, si no es regulada puede tener un efecto de ‘bola de nieve’.
En ese sentido destaca que los gobiernos pueden desempeñar un papel constructivo para compensar tales situaciones con incentivos para que más personas migren a la clase media.
Los celos que despertó el éxito de “la mejor obra del decenio”
El aporte más significativo que el economista y periodista estadounidense le reconoce a la obra ‘El Capital del Siglo XXI’ es la forma en que destroza el mito “más querido por los conservadores” cuando justifican de que las grandes riquezas son ganadas y merecidas.
Esta idea de meritocracia es reemplazada en el libro de Thomas Piketty por la tesis de que “el rendimiento del capital desde hace tiempo supera la tasa de crecimiento de la economía”, en consecuencia, la participación del capital en la riqueza total aumenta considerablemente, especialmente en Estados Unidos, donde en tres décadas 60% del ingreso fue a parar a manos de 1% de las personas.
En una entrevista, Krugman aseguró que estas ideas eran una proeza porque meditan profundamente sobre la desigualdad y tienen el poder de cambiar la percepción de la sociedad sobre el modo en que se ejecutan las políticas económicas.
El capitalismo del patrimonio, como es resumido el argumento de Piketty, se ha apoyado en una basta documentación para mostrar que “estamos encaminados hacia una sociedad de desigualdad creciente, oligárquica de riquezas heredadas, lo que es una revelación, incluso para alguien como yo”, dijo.
El premio nobel de economía citó al autor del libro para recordarle a la sociedad que están equivocados si creen que la época dorada de Europa es un vago recuerdo y que en la época actual los altos ingresos no son resultado de acumular muchos bienes. Finalmente, concluye que el libro es “analíticamente hermoso”.
Un interrogante sobre la democracia en el siglo XXI
“El principal interrogante al que nos enfrentamos hoy en día realmente no es un cuestionamiento sobre el capital en el siglo XXI. Es una pregunta sobre la democracia en el siglo XXI”, así concluye el profesor estadounidense su artículo publicado en The Project Syndicate sobre la obra de Thomas Piketty.
Uno de los aspectos que más resalta Stiglitz del best seller es que ofrece una perspectiva diferente sobre los 30 años posteriores a la Gran Depresión y a la Segunda Guerra Mundial, periodos cuya anomalía histórica, considera, fue causada por la cohesión de eventos catastróficos aún cuando también era una época de rápido crecimiento económico.
El nobel de Economía propone entender el libro de Piketty no solo desde la perspectiva técnica, social, estadística y económica, sino concebirlo como un documento con contenido histórico que explica el desarrollo de las desigualdades de riqueza generadas por la acumulación de capital en pocas manos a lo largo de los siglos XX y XXI y cómo esta inequidad social ha ido en aumento.
Stiglitz destaca que el trabajo del autor va más allá porque plantea problemas fundamentales, tanto sobre la teoría económica como sobre el futuro y rendimiento del capitalismo. “El libro refuerza aún más la colección ya abrumadora de pruebas sobre la vertiginosa subida de la proporción de ingresos y riqueza en la parte más alta de la distribución del ingreso y la riqueza”, dijo.