El desplome del precio del petróleo en el mercado internacional, ya se cotiza por debajo de los US$30 dólares el barril, hace simplemente inviable el desarrollo de nuevos proyectos en el sector de hidrocarburos y todo apunta a que el escenario incluso puede empeorar.
El último informe mensual de Perupetro revela que hace ya cuatro meses (desde octubre del 2015) no se perforan pozos exploratorios, ni confirmatorios y mucho menos se firman contratos para el desarrollo de nuevos proyectos en el sector hidrocarburos, lo que en definitiva repercutirá en un menor flujo de inversiones.
El escenario de precios poco atractivos para la inversión al parecer continuará en el mediano plazo. La Agencia Internacional de la Energía estima que durante el primer semestre de 2016 un adicional de 1.75 millones de barriles diarios se sumarán a las reservas que ya se encuentran en un máximo histórico, generando aún más presiones a la baja.
Pero a nivel local las empresas del sector de hidrocarburos además deben lidiar con el exceso de trámites y los permisos socio ambientales, que han representado un freno para las inversiones en los últimos años.
En enero de este año, por ejemplo, la inversión en exploración de hidrocarburos se desplomó un 82% al pasar de US$80.1 millones a solo US$14.8 millones, pero este menor flujo es una tendencia que se ha venido acentuando durante todo el 2015.
La inversión en explotación también sufrió un desplome de 44.8% en enero de este año al sumar unos US$56 millones, frente a los US$101 millones del primer mes del 2015, ante la menor rentabilidad que representa para las empresas de extraer el crudo.
El menor flujo hacia los proyectos en desarrollo ha impactado en los niveles de producción de petróleo, que en enero de este año cayó 17.77% a 51.244 barriles por día.
En medio de un escenario lleno de sombras para el sector de hidrocarburos, el presidente de Perupetro, Rafael Zoeger, evalúa como una alternativa para fomentar la competitividad y mantener al Perú en carrera para atraer inversiones al sector, flexibilizar el pago de regalías, incluso suspenderlas temporalmente en favor de las compañías inversoras.