El viaje del jefe de Estado, Pedro Pablo Kuczynski, al gigante asiático genera una gran oportunidad para expandir aún más el comercio y explotar a gran escala el TLC suscrito hace siete años.
Una muestra de la fortaleza de la relación comercial con China, nuestro principal socio comercial, son las exportaciones peruanas que llegaron a los US$ 7,354 millones el año pasado, por encima de los US$ 4,969 millones alcanzado con los Estados Unidos y lejano a los US$ 2,694 millones vendidos a Suiza.
Cifras que contrastan con las importaciones provenientes de la economía del dragón. El año pasado estas llegaron a los US$ 8,666 millones. Este déficit comercial de US$ 1,311 millones, en opinión de la directora del Centro de Estudios Perú – China de la Universidad del Pacífico, Rosario Santa Gadea, genera una oportunidad.
“Para combatir el déficit comercial con China una estrategia a tomar en cuenta – dado que las exportaciones tradicionales se concentran en cobre – debería apuntar a darle un mayor valor agregado a nuestras exportaciones primarias”, refirió la especialista. En esa línea, resaltó que este reto ha sido identificado y planteado por el jefe de Estado.
“De darse este cambio, irá cambiando la composición de nuestras exportaciones”. Otra estrategia para la especialista, es a través de las exportaciones no tradicionales, sacándole el juego al rubro que ha tenido alto dinamismo en los últimos años: las agroexportaciones.
En efecto, de acuerdo al último reporte de la Sunat, estas sumaron el 2015 los US$ 121.5 millones valor FOB.
“China es un mercado que demanda alimentos sobre todo frutas y hortalizas frescas”, aseveró.
Una de las primeras buenas noticias del viaje de PPK fue el ingreso de los arándanos con la apertura de los estrictos protocolos fitosanitarios, principal barrera para otras frutas y productos originarios como la maca así como el compromiso de abrir por los menos 2 protocolos fitosanitarios al año, lo que permitiría el ingreso de más productos nacionales.
“Esta situación irá incrementado las exportaciones de productos agrícolas, lo que va contribuir al aumento de las exportaciones hacia China”, apuntó. Pero además del rubro comercial, otra área a tomar en cuenta es el arribo de inversiones.
El total de inversiones chinas en Perú superó los US$ 15,000 millones el 2015 siendo los principales sectores receptores, minería y energía. Sin embargo, el interés de los chinos se está ampliando a los sectores de electricidad, transporte, infraestructura, telecomunicaciones y financiero.
El jefe de Estado justamente afirmó que su objetivo en China, fue impulsar la llegada de más inversionistas chinos en rubros como la banca, turismos e infraestructura.
Un objetivo ambicioso, que en opinión de Santa Gadea, se requiere de reglas claras para que estos capitales arriben al país y, sobre todo, aminorar la carga burocrática persistente en la economía nacional.
Los riesgos de China
Si bien existe el interés de sumar aun más el comercio con China y promover el arribo de inversionistas, Santa Gadea consideró que – por ejemplo – se debería evaluar y profundizar aun más el estudio del tren bioceánico Perú – Brasil ante su elevado costo y los riesgos medio ambientales que genera su construcción.
“No se puede hacer únicamente con estudios básicos”, refirió. En cambio, para el economista Carlos Aquino uno de los principales riesgos a tomar en cuenta el depender mucho de China si se exporta únicamente materias primas. “Por eso PPK promueve la llegada de refinerías, industrias, entre otros”, apuntó.
En cuánto a la industria, sobre todo textil aquejada por el arribo de productos chinos que se venden a precios bajos, el Aquino Rodríguez consideró que está situación es responsabilidad de los peruanos y sus autoridades, ya que no usan debidamente los mecanismos de defensa especificados en los acuerdos comerciales.
“A largo plazo los industriales tienen que competir en marcas, en buenas marcas y no en precios”, detalló. Respecto a la llegada de inversión china, precisó que es vital tener una estrategia clara para que esta sea transparente y en la que ganen todos.
“Daría un montón de trabajo a la industria siderúrgica o metalmecánica si se construye, por ejemplo, los rieles de los ferrocarriles bioceánico en el interesado China”, remarcó.