Según proyecciones del FMI, los países avanzados presentan un panorama alentador, con menos riesgos que hace un año. Sin embargo, los países emergentes no correrían la misma suerte, tal es así que el Perú sería el país de la región menos afectado por esta ‘ola enfriadora’ de flujos de capitales, afirmó la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc).
Asbanc estimó que los países que presenten desbalances o distorsiones en su economía sufrirán más las consecuencias de la ‘ola enfriadora’. Así, el FMI apuntó que serían tres los factores que tendrían mayor relevancia en la determinación de la ruta para las economías latinoamericanas: inflación, balanza de pagos y mercado cambiario.
En cuanto a la inflación, la entidad afirmó que aquellos países que reporten presiones alcistas constantes, así como distorsiones en la determinación de precios, sufrirán mayores apremios debido a la depreciación general que sufrirían sus monedas.
En tanto, el Perú -así como Chile y Colombia- presenta presiones inflacionarias al alza, pero estas se encuentran contenidas. Además, cuenta con la confianza de los agentes del mercado en las políticas de los bancos centrales.
Sin embargo, Argentina y Venezuela sí se verían afectados porque presentan presiones inflacionarias bastante elevadas, y las medidas adoptadas para moderarlas han exacerbado aún más el mercado, propiciando escasez y conductas especulativas.
Respecto a la balanza de pagos, Asbanc resaltó que la mayoría de los países de la región reporta déficits de cuenta corriente, es decir, tienen tasas de ahorro nacional muy bajas y requieren de recursos del exterior para financiar su consumo e inversión local.
Sin embargo, el reporte mostró que Perú, Chile y Colombia han logrado reequilibrar esos flujos del exterior, atrayendo más inversión a largo plazo que capitales “golondrinos” ( o de corto plazo).
Venezuela, en cambio, es uno de los pocos países de la región que cuenta con superávit en su cuenta corriente, pero registra una importante fuga de capitales desde hace varios años (en el 2013 hubo una fuga de US$ 15,000 millones), mayor al saldo positivo de su cuenta corriente, generando un desbalance importante en su balanza de pagos.
Del mismo modo, las rigideces en los mercados cambiarios argentino y venezolano están generando serias crisis internas. Ante la pérdida de poder de compra que enfrentan los ciudadanos de ambos países debido al continuo aumento de los precios, la población se ha volcado hacia los dólares con la intención de controlar la desvalorización de sus ingresos, provocando un exceso de demanda en el mercado de moneda extranjera.
Respecto a ello, la entrada de capitales en ambos países(o sea, de divisas) se ha detenido e incluso ha retrocedido en Venezuela, por lo cual se vive una significativa escasez de dólares, hecho que ha fomentado el crecimiento de un “mercado negro” cambiario, en donde el tipo de cambio puede hasta doblar el valor oficial en Argentina, o ser diez veces más alto como en Venezuela.
Según Asbanc, en el caso peruano – así como Chile y Colombia- las monedas locales han presentado una tendencia hacia la depreciación, pero su sistema cambiario de flotación administrada -por el Banco Central- ha logrado que las fluctuaciones no sean bruscas.
Por otro lado, el informe estima que Brasil destaca como el país con un “flojo crecimiento de la inversión privada producto de la pérdida de competitividad”.
Después de haber analizado a los principales países de la región, el FMI fue claro en afirmar que el Perú será el segundo país de la región con un mayor crecimiento, solo superado por Panamá, y este nivel se mantendrá si cuidamos nuestros fundamentos macroeconómicos, concluyó el reporte.