“No hay igualdad en el Perú, pero la subjetividad camina hacia la igualdad: la gente que está dipuesta a pensarse igual es mayor a la que había en los años setenta”. Ese fue el análisis del economista peruano Óscar Ugarteche durante su visita a Lima: “En el pasado, el Perú era como dos países distintos: la República Aristocrática y el resto. Era absurdo e invivible”.
Dándose una pausa en sus menesteres como catedrático e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM), Ugarteche recordó que hace treinta años “la emergencia de la clase media tenía un techo de vidrio muy corto”. “No había más espacio. En cambio, ahora sí”.
Y esa situación “le da a los jóvenes de hoy un horizonte totalmente distinto”. Pero lamentó que se haya ganado en ciudadanía, pero no en número de jóvenes en política.
“El futuro de la gente que tiene 25 años es un futuro distinto. El futuro del siglo XXI se hace sobre la base de un país que no tiene analfabetos. Sobre la base de un Perú que está más o menos homogéneamente capitalista. Ahora es más posible hablar de temas redistributivos y de estado de bienestar”, dijo en una conferencia en el Instituto Raúl Porras Barrenechea.
Pero no quiso caer en el exceso de optimismo. “Solo somos un país un poquito más igual y más moderno de lo que éramos en la década de 1970. En el tema gay no se ha avanzado nada. En el tema de las mujeres se ha avanzado un montón. En el tema racial se ha avanzado un poco. Y en el tema religioso nos hemos ido para atrás”.
Educación sin excelencia
Ni qué decir de la educación. “Si bien la calidad de las universidades se han ido para atrás, yo diría que hay muchas más universidades y está mucho más masificada la educación. Lo que se ha perdido en excelencia se ha ganado en masa. Ahora lo que hay que hacer es recuperar la excelencia de la masa”, recomendó Ugarteche.
Mencionó a México como un ejemplo a seguir en masificar la excelencia educativa, y dijo que la solución no está en las universidades privadas, sino en enfocarse en el desarrollo del estudiante. Pero para lograr cambios de este tipo, hace falta una mayor ciudadanía.
“¿Por qué hay mejores cosas en otros países? Porque hay más ciudadanos con participación. A más ciudadanos, más gente con conciencia de derecho, más control, más defensa de los derechos humanos, más actuación de la opinión pública, menos corrupción, menos esa cosa impune que es tan gruesa en el Perú”.