(Bloomberg) El presidente estadounidense Barack Obama se dispone a lanzarse al debate sobre la Brexit cuando visite el Reino Unido la semana próxima, y lo hará con un claro llamamiento a la permanencia en la Unión Europea.
Obama considera que, si bien es una decisión del pueblo británico, la integridad del bloque es algo que también responde a los intereses de los Estados Unidos, el Reino Unido y el resto de la UE. El voto a favor de una salida reduciría la influencia británica en el mundo, declararon el jueves asesores del presidente en conferencia telefónica con periodistas.
“Si se le pide su opinión como amigo, la dará”, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional. “Pensamos que todos nos beneficiamos cuando la UE puede hablar con fuerza con una sola voz y cuando puede trabajar con nosotros en aras de los intereses que compartimos, ya se trate de seguridad o de prosperidad”.
Obama llegará a Londres en el marco de un viaje a Europa y Medio Oriente y en momentos en que el debate sobre el referéndum sobre la Brexit se acelera. Hoy es el primer día oficial de campaña con miras a la votación del 23 de junio y algunas encuestas sugieren que el resultado es parejo.
Proyecto Fantasía
El ex ministro de Hacienda Alistair Darling aprovechó un discurso del viernes en Londres para criticar lo que llama el “Proyecto Fantasía” que promueven quienes impulsan la salida de la UE. Es probable que la Brexit afecte el comercio con el continente, dijo.
Si el Reino Unido abandona el bloque de 28 países y negocia un nuevo acuerdo comercial similar al de Canadá, el comercio con la UE podría tener una declinación de 92.000 millones de libras (US$ 131,000 millones), dijo Darling. Citó nuevos análisis de Frontier Economics y London First -un grupo sin fines de lucro que promueve los intereses de la capital-, y descartó la idea de que el Reino Unido pueda asegurarse una mejor relación comercial desde una posición externa.
“Si optamos por quedarnos, conservaremos la capacidad de ejercer influencia en la cooperación internacional en lo relativo a desarrollo, derechos humanos, inteligencia y seguridad, cambio climático, comercio global, fuerzas de paz, comportamiento de empresas multinacionales y derechos de los trabajadores”, según Darling, que integró los gobiernos de los primeros ministros laboristas Tony Blair y Gordon Brown. “En un mundo complejo y en rápido cambio, el Reino Unido estará en la mesa cuando se tomen las decisiones clave”.
Por su parte, Jacob Rees-Mogg, un legislador conservador euroescéptico, dijo que la intervención de Obama podría ayudar a la campaña por la salida de la UE.
“No me importa que venga y diga lo que quiera porque pienso que eso ayuda a la Brexit”, declaró Rees-Mogg a la revista House, que se distribuye entre los miembros del parlamento. “No creo que la población británica quiera que un presidente estadounidense bastante poco exitoso, que ha desarrollado una de las políticas exteriores menos exitosas de la historia moderna, venga a decirle lo que tiene que hacer”.