(Reuters) La deuda externa de los países en desarrollo ha subido en casi tres veces en la última década, superando el ritmo del crecimiento económico y el incremento de las reservas en moneda extranjera, lo que podría llevarlos a una “crisis sistemática” en el futuro, afirmó Moody’s.
Los gobiernos de los mercados emergentes y las compañías de todo el mundo se han lanzado en los últimos años a emitir deuda por los bajos costos del crédito y la búsqueda de los inversores por altos rendimientos.
Como resultado, la deuda externa saltó a US$ 8.2 billones en el 2015 desde US$ 3 billones en el 2005, mostró el reporte de Moody’s, principalmente por el endeudamiento del sector privado.
El ratio promedio de deuda externa frente al Producto Bruto Interno (PBI) escaló a 54% en el 2015 desde un piso de una década de 40% en el 2008.
“La vulnerabilidad externa se ha incrementado significativamente en aproximadamente 75% de las economías emergentes a nivel mundial”, dijeron los autores del reporte.
El ratio promedio de deuda externa respecto a las reservas subió a más de 350% el año pasado desde 250% en el 2007, agregó el reporte.
El incremento del endeudamiento se basa principalmente en el sector privado, que vio crecer su deuda externa en 14.3% anual desde el 2005, frente a un incremento de 5.9% en el sector público en el mismo periodo, agregó Moody’s.
Pese a que los ratios de deuda se incrementaron en todas las regiones, no todas se vieron afectadas de la misma manera. La Europa emergente se mantuvo como la región más vulnerable con una deuda externa que representa 78% del PBI, seguida por América Latina con 48% a fines del año pasado.
El ritmo de crecimiento de la deuda en Brasil fue mayor que el de la región en su conjunto y llegó a 38% del PBI en el 2015 frente a 22% una década antes.
Por lo mismo, Moody’s aseguró que las economías de mercados emergentes se vuelven cada vez más vulnerables a los choques externos tras una década de aumento en la deuda.
Moody’s espera también que el crecimiento económico mundial se mantenga deprimido en el mediano plazo y que los precios de las materias primas sigan bajos por varios años más.