Malos datos son buenas noticias para inversores eufóricos

Durante una gran parte del tiempo transcurrido desde la crisis financiera de hace ocho años, la mentalidad de los inversores ha sido la de que los malos datos económicos son buenas noticias para los mercados.

(Bloomberg) A los mercados mundiales parece gustarles aquel dicho popular de “Dios los cría y ellos se juntan”.

En un momento en el que los activos de alto riesgo como las acciones, las materias primas, los bonos basura o las monedas de mercados emergentes están alcanzando máximos de varios meses, el oro y otros activos refugio como la deuda soberana, el franco suizo y el yen japonés también están registrando alzas.

No importa que el mercado laboral de Estados Unidos se esté deteriorando o que el Banco Mundial acabe de rebajar sus previsiones de crecimiento económico mundial. Los inversores o bien no creen que las noticias sean tan malas como para frenar una ya afianzada recuperación mundial o piensan que la desaceleración de algunas de las principales economías mundiales llevará a los bancos centrales a aplicar medidas para fomentar el crecimiento durante más tiempo.

“Todo está impulsado por la alta liquidez que inyectan los bancos centrales”, dijo desde Londres Simon Quijano-Evans, director de estrategia de mercados emergentes de Commerzbank AG, el segundo banco de Alemania. “Es una situación inusual que deriva de la crisis 2008-09. Las gestoras tienen capital para invertir”.

Durante una gran parte del tiempo transcurrido desde la crisis financiera de hace ocho años, la mentalidad de los inversores ha sido la de que los malos datos económicos son buenas noticias para los mercados. Una política de tipos de interés cerca de cero -y unos costes de financiación negativos en Japón y otros países europeos- han llevado a los operadores de mercado a comprar cualquier activo que genere rentabilidad. Y cualquier señal de que la fuente de liquidez va a continuar fluyendo es acogida con entusiasmo por los mercados.

Mercado eufórico
La euforia más reciente comenzó el viernes con la publicación del dato del empleo en Estados Unidos, el cual mostró que sólo se añadieron 38.000 puestos de trabajo en mayo, la peor lectura desde 2010. El dato ha eliminado cualquier posibilidad de una subida de tipos de la Reserva Federal, en la actualidad del 0.5%, cuando los responsables se reúnan la semana próxima, según los datos compilados por Bloomberg y basados en los futuros sobre los fondos de la Fed. La probabilidad de una subida en julio ha caído desde el 53% hace una semana al 20% en la actualidad.

Y China, que es el país que más contribuye al crecimiento mundial junto con Estados Unidos, ha puesto de su parte para alentar ese sentimiento. La economía se ha estabilizado tras una dosis nueva de expansión del crédito a principios de este año. En la zona euro, el Banco Central Europeo ha entrado en territorio desconocido en sus intentos por reanimar la economía con la compra de deuda de algunas de las mayores empresas del continente por primera vez en la historia.

Alivio para los operadores

Este miércoles, el índice Standard & Poor´s 500 alcanzó un máximo de diez meses, los precios de las materias primas repuntaban al nivel más alto desde octubre y los bonos que no llegan al grado de inversión ampliaron su avance más de un 9%. La caída de las expectativas de una subida de tipos ha depreciado el dólar, lo que impulsa activos sensibles al billete verde como el oro, el petróleo, el yen y el franco.

Es de entender que los inversores tengan esa sensación de alivio. Hay muchas indicios de que la recuperación de la economía estadounidense, que comenzó hace siete años, está alcanzando su madurez. El crecimiento de los ingresos se mantiene sin cambios. El gasto de las empresas está cayendo y la actividad comercial mundial permanece estancada. El martes el Banco Mundial rebajó su previsión de crecimiento mundial a 2.4% este año desde una estimación del 2.9% en enero.

En el Reino Unido, los sondeos muestran un acercamiento de las distintas posiciones, lo que eleva la posibilidad de una salida del país de la Unión Europea. Frente a todo esto, subidas preventivas de los tipos de la Fed supondrían un duro golpe.

“Había mucho nerviosismo en los mercados respecto a la Fed”, dijo Manish Singh, director de inversiones de Crossbridge Capital, que gestiona unos activos de US$2.000 millones. “La Fed y el dólar estadounidense son, sin lugar a dudas, dos factores importantes. El hecho de que la Fed no vaya a subir tipos es un alivio”.

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