Según el informe “Ciudades más verdes en América latina y El Caribe” de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés), Lima ocupa el séptimo lugar entre las diez ciudades más destacadas en agricultura urbana y periurbana de la región. El estudio fue presentado durante el Foro Urbano Internacional en Colombia.
La Habana (Cuba), Ciudad de México (México), Saint John (Antigua y Barbuda), Tegucigalpa (Honduras), Managua (Nicaragua), Quito (Ecuador), El Alto (Bolivia), Belo Horizonte (Brasil) y Rosario (Argentina), son otras ciudades ‘verdes’ destacadas en el informe.
En la capital peruana se practica la agricultura en las zonas periféricas de los distritos de Carabayllo y Puente Piedra, en el norte; Pachacamac y Lurín, en el sur; y Lurigancho-Chosica y Ate-Vitarte, en el este.
La agricultura urbana es la principal actividad de la mayoría de hogares migrantes de las zonas rurales.
La principal ventaja para esta actividad es la poca profundidad de la capa freática, la fertilidad del suelo de los valles y la estabilidad del clima, que favorece la producción de cultivos de regadío, como algodón, maíz, frijol, camote (batata) y otras hortalizas, todo el año.
Decrecimiento
La prosperidad económica y el crecimiento urbano han reducido hasta en unos 125 kilómetros cuadrados el área agrícola de Lima. La ciudad fue creciendo sobre tierras agrícolas de buena calidad y, en los últimos años sobre terrenos baldíos de la parte baja de las cuencas de los ríos Rímac, Lurín y Chillón.
Según la FAO, la actividad agrícola queda relegada a áreas que carecen de la fertilidad, la adaptabilidad y el rendimiento de los valles de las zonas costeras, lo que no solo puede generar cadenas de distribución más largas sino también el desabastecimiento de determinados productos.