Líderes mundiales se reúnen esta semana en Lima para diseñar un futuro para el libre comercio, un concepto casi pecaminoso para el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Los jefes de gobierno de China, Xi Jinping; Japón, Shinzo Abe, y Rusia, Vladimir Putin, tienen previsto participar en la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebra de jueves a domingo en Lima.
El presidente saliente estadounidense Barack Obama, que el 20 de enero entregará el timón de la mayor potencia del mundo a su sucesor, también estará presente.
Las cumbres de APEC, que congregan a líderes de 21 economías del Pacífico, se proponen forjar el libre comercio en una región que representa casi el 60% de la economía mundial y casi el 40% de la población del globo.
Pero el evento de este año puede ser muy diferente a los anteriores, pues ocurre inmediatamente después del triunfo de Trump en las elecciones estadounidenses. Y aunque el magnate inmobiliario no estará físicamente en Lima, sí lo estarán sus ideas proteccionistas.
El controvertido multimillonario ha desatado una profunda incertidumbre sobre el orden mundial con sus propuestas de deshacer acuerdos comerciales, aplicar aranceles a sus competidores, restringir la inmigración y hacer que los aliados estadounidenses paguen por su propia defensa.
Su victoria ha amplificado una sensación de malestar con el orden establecido, que comenzó con la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea en junio con el referéndum “Brexit”, a contramano de un mundo cada vez con menos fronteras.
“Creo que APEC será sobre dos cosas: grandes preguntas sobre lo que significará la presidencia de Trump para el comercio y además el trabajo que se tendrá que hacer en todas las ‘vías no estadounidenses’ para avanzar en el libre comercio”, dijo Deborah Elms, directora ejecutiva del Asian Trade Center de Singapur.
“Aparentemente, Estados Unidos ha decidido agacharse, levantar barricadas y regresar a un glorioso pasado de espléndido aislamiento”, agregó.
¿Será el obituario del TPP?
Existe el riesgo de que ésta sea una cumbre incómoda para Obama. Llega a Lima en las postrimerías de su mandato, en momentos en que su principal iniciativa comercial en la región, el Acuerdo Transpacífico (TPP), parece encaminada a una muerte segura. Trump la ha calificado de “acuerdo terrible”.
China, que fue excluida de los 12 miembros del TPP, responde con artillería pesada y ha propuesto su propia sopa de letras: el Área de Libre Comercio de Asia y Pacífico (FTAAP) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), con 16 miembros y que incluye a India, pero deja fuera a Estados Unidos.
Ambos parecen dar a China una ventaja sobre la nación que dirigirá Trump en la batalla por la influencia regional.
El viceministro chino de Relaciones Exteriores, Li Baodong, dijo el jueves pasado que Pekín buscará avanzar el FTAAP en Lima. “China es firme y decidida, y también tiene confianza”, aseguró.
Y eso sin contar el desembarco que ha hecho China en países de América Latina, ofreciendo millonarios financiamientos para proyectos de infraestructura en Perú, Bolivia y Brasil, entre otros.
El “reequilibro” de Obama
También estarán buscando señales sobre si es posible avanzar en el tan ansiado “reequilibrio” planteado por Obama con Asia y el Pacífico.
Aliados estadounidenses como Japón y Corea del Sur están preocupados por que el electo presidente republicano reduzca la presencia militar, económica y diplomática de Estados Unidos en la región, dejándolos expuestos a una China dominante y a la beligerante Corea del Norte.
Los latinoamericanos en la cita, entre ellos el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, estarán atentos a las potenciales políticas que el nuevo gobierno estadounidense aplicará hacia sus países.
Trump ha prometido obligar a México a pagar miles de millones de dólares para construir un muro a lo largo de la frontera común, aunque últimamente lo ha dejado en valla, deportar a más de tres millones de inmigrantes ilegales con antecedentes delictivos y restringir las remesas que los inmigrantes envían a sus hogares.
También quiere renegociar o eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en inglés).
El futuro del libre comercio está “en problemas” después de la victoria de Trump, dijo Robert Lawrence, experto en comercio de la Universidad de Harvard.
No sólo el mundo perdería a Estados Unidos en el liderazgo de la integración económica, sino que ahora se enfrenta a Washington “como un potencial perturbador del comercio internacional”, advirtió a la AFP.
En un mundo donde los componentes de un artefacto se fabrican en todas partes, un giro proteccionista en Estados Unidos podría poner freno al crecimiento, advirtió.