Un análisis económico del tema de coyuntura. Desatender la seguridad ciudadana es la peor forma de distribuir el ingreso, advierte Juan Mendoza, director de la Maestría en Economía de la Universidad del Pacífico (UP).
“El Estado está olvidando su función fundamental porque existe para proteger a la gente, sino al final del día el trabajador transfiere sus ingresos al delincuente. Además, se generan costos adicionales del sector privado en protección”, argumentó en Canal N.
Durante la última década, observó el economista, los recursos del sector interior han venido cayendo. En el 2,000 representaban el 1.5% del PBI y poco más del 8% del presupuesto nacional (en el 70 llegaba al 10%), pero el año pasado llegó al 1.2% y 5%, respectivamente. “Por lo menos debería volver al 8% del presupuesto”, señaló.
En el 2013 se asignó al rubro defensa S/. 6 mil millones. La mitad -detalló- va a planillas, 20% a pensiones, en tercer lugar figuran bienes y servicios,y al final queda la inversión en capital, con una participación de 2%.
“EL insumo general en la producción de seguridad interna es la mano de obra, pero no invertimos en capital humano, capacitación ni entrenamiento”, criticó.
El problema –explicó el investigador- no es como dice el ministro Pedraza, pues existen más policías por persona que en otros países de la región, pero mal capacitados y con bajas remuneraciones.
“Un policía peruano gana entre el 25% y 30% que uno chileno. No tienen entrenamiento. En algunas escuelas de formación solo tiene una práctica de tiro antes de salir a las calles. Respecto a los indicadores de productividad policial estamos en la cola”, fustigó.
¿Solución o síntoma de ineficiencia?
Si bien la población aprueba el servicio de serenazgo, Mendoza advierte que es una manifestación de la ineficiencia de la policía y una “mala idea”, pues las fuerzas del orden deben actuar articuladamente y no descentralizadas.
“No hay liderazgo en el sector. Los recursos deben centralizarse, como se ha hecho en los países avanzados”, sostuvo.