Las Bambas está al 30% de su construcción. ¿La venta no retrasaría el proyecto?
No es que ya se está vendiendo. Glencore evaluará el tema y tiene un plazo para promocionar su eventual venta hasta setiembre del 2014. Pero Las Bambas (US$ 5,200 millones) tiene un presupuesto asegurado. Simplemente, sería un cambio de accionistas. Hay un contrato con el Estado que se viene cumpliendo indefectiblemente. No hay ninguna razón para que se retrase. Entrará en operación en el primer trimestre del 2015, como estaba previsto.

¿Qué garantía hay de esto?
Lo confirmamos con la minera Xstrata. Y también revisamos el cronograma de Bechtel, a cargo de la construcción. He viajado hasta Las Bambas para conversar con las empresas y dar ese respaldo a las comunidades. No hay ninguna duda sobre este proyecto.

¿Todo estaría dado para que una empresa china compre Las Bambas?
No hay nada de eso. El Gobierno chino puso la condición de la venta, pero no necesariamente tiene que ser una empresa china. Y si es que se da la venta, porque también hay que ver cómo va cambiando el mercado, Glencore tiene un plazo, y en ese camino puede suceder cualquier cosa. Es un tema empresarial.

¿No hay riesgo por el conflicto en Espinar? Allí llegará el mineroducto de Las Bambas.
En Espinar el tema camina muy bien. El día viernes hubo una reunión entre la empresa y el frente liderado por la municipalidad. Están muy cerca de llegar a un acuerdo económico. Por otro lado, Las Bambas contempla la construcción de una carretera de Challhuahuacho hasta Espinar, donde irá enterrado el mineroducto. Xstrata ya está haciendo los trabajos de conversar con las comunidades.