El gobierno del presidente Ollanta Humala lanzó desde el año pasado una serie de mecanismos para promover el acceso a vivienda y dinamizar este mercado, pero para los empresarios del sector parece no haber tenido importantes resultados.

El presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), Gustavo Rizo-Patrón comentó a Gestión que los mecanismos como el leasing inmobiliario, alquiler-venta y capitalización inmobiliaria no han tenido mayor impacto en el mercado, al menos en lo que va del año.

“Ya están implementados pero el sistema financiero no los acoge. Digamos que el mecanismo de leasing inmobiliario y el de alquiler-venta eran mecanismos de corto plazo, de reactivación de corto que no han sido muy efectivos”, comentó.

En tanto, el mecanismo de capitalización inmobiliaria aún no se puede medir, según el presidente de ADI, porque su reglamento ha salido hace pocos meses y toma un tiempo para que el sistema financiero interiorice y adapte este instrumento.

Bajo el mecanismo de alquiler-venta el arrendador está obligado a ceder el uso de un inmueble de su propiedad para destinarlo a vivienda por el pago de una renta mensual, mientras que en el leasing el arrendador (banco u otra entidad supervisada por la SBS) financia el acceso del arrendatario al uso de un inmueble con la opción de compra.

“Necesitas que la banca tome el mecanismo y encuentre que es satisfactorio, por ejemplo, en el alquiler-venta el riesgo lo tomaba el desarrollador inmobiliario y eso tiene varios problemas futuros como ¿qué pasa si no logra calificar?, ¿se desaloja a la persona?, ¿cómo queda la vivienda?, había que ajustar cosas que no se ajustaron con el reglamento”, lamentó.

Pero en el caso del alquiler puro, Rizo-Patrón cree que este mecanismo sí tendrá resultados en el mediano plazo y dinamizará este mercado porque introduce más previsibilidad y garantías para los propietarios que decidan poner su inmueble a alquilar.

Si bien estos mecanismos aún no están siendo demandados como se esperaba, hay un mayor nivel de rotación en la colocación de viviendas. El presidente de ADI calculó en términos gruesos que si en abril del 2015 demoraba unos 23 meses vender una vivienda, ahora ese tiempo se ha reducido a 19 meses, lo que refleja un mayor dinamismo.

“La oferta es más o menos la misma, eso quiere decir que tenemos una mayor velocidad de ventas impulsadas por el segmento B, que sí se vio, porque gran parte del B está en el segmento formal”, anotó.