La inflación británica se desaceleró inesperadamente el mes pasado por primera vez desde octubre, lo que redujo las expectativas entre los inversores respecto a que el Banco de Inglaterra decida subir pronto las tasas de interés luego de una década de costos de endeudamiento ultra bajas.
Los precios al consumidor subieron un 2.6% interanual, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas, frente a un máximo de casi cuatro años de 2.9% registrado en mayo.
Los economistas esperaban que el dato se mantuviera sin cambios y algunos de ellos recortaron sus previsiones sobre el índice de precios al consumidor a un aumento de apenas por debajo del 3% en el 2017, luego del reporte.
Pero el gobernador del BoE, Mark Carney, dijo que el “panorama general” para la inflación seguía siendo el mismo y que lo principal para impulsar la tasa aún es la baja de la libra esterlina después de la votación a favor del Brexit el año pasado.
“Eso es lo que ha estado impulsando la inflación y estará por encima de la meta por un tiempo y las cifras de hoy son consistentes con una percepción”, dijo a Sky News.
La libra esterlina cayó medio centavo frente al dólar tras conocerse la cifra, y los precios de los bonos del gobierno británico avanzaron, ya que el dato sugirió que el Banco de Inglaterra tendrá poca presión para subir tipos cuando se reúna a principios de agosto, pese a la preocupación de algunos de sus miembros acerca de las alzas de precios.
La desaceleración de la inflación fue la más pronunciada entre dos meses desde febrero del 2015, y se debió en gran medida al descenso de los precios mundiales del petróleo, mostrando además señales de menor presión de precios en las fábricas.
“Esto va a acabar con las posibilidades de una subida de tipos a corto plazo. Sabremos más sobre lo que piensa el Banco de Inglaterra en un par de semanas, pero podemos esperar que las peticiones de alzas de tasas se limiten a un quejido”, dijo Lucy O’Carroll, economista jefe de Aberdeen Asset Management.
No obstante, muchos economistas han dicho que esperan que la inflación repunte nuevamente pronto, sumando presión a las familias, que ya están viendo que sus salarios crecen más lentamente que los precios.