En los últimos 13 años, el Perú ha vivido su época dorada en cuanto a crecimiento económico y, sin embargo, el país ha fallado en traducir la mayor actividad en bienestar para todos sus habitantes.
Así lo muestra la primera edición del Índice de Progreso Social (IPS) regional para el país, elaborado por Centrum Católica en alianza con Social Progress Imperative. En este estudio se evidencia que hay 15 regiones, entre 26 analizadas, que están ‘jaladas’ en progreso social.
Este índice busca medir el bienestar de las personas aislando las consideraciones puramente económicas. La medición se realiza de una escala del 0 al 100 y resalta que solamente 11 regiones están ‘aprobadas’ y, en una escala vigesimal, sus notas estarían entre 11 y 13. Las 15 regiones reprobadas en progreso social tienen notas equivalentes a entre 8 y 10.
Lo más resaltante del estudio es que Lima Metropolitana, pese a ser la zona donde se concentra la actividad económica, no ha alcanzado los niveles de progreso de Moquegua e Ica, que son las únicas dos regiones con progreso medio alto.
Es importante notar, además, que la geografía parece jugar un rol importante. Las regiones con mayor progreso social se encuentran en la costa del país, en la sierra hay indicadores menos favorables y en la selva están los niveles más bajos de bienestar.
Pilares
El índice de progreso social se calculó con una metodología que excluye el dinamismo económico y se centra en variables que miden el bienestar de la población. En el estudio, estas se centran en tres grandes pilares.
El primero de ellos es el de satisfacción de las necesidades básicas humanas, en el que se incluyen variables de nutrición y asistencia médica, agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal.
Los datos muestran un progreso alto para Lima Metropolitana y el Callao y medio para los demás departamentos ubicados en la zona costera del Perú. En tanto, en la sierra y en la selva se ve progreso bajo y muy bajo en este rubro; en que preocupan las regiones de Ucayali, Huancavelica, Amazonas y Cajamarca. Un segundo pilar dentro del índice es el de fundamentos del bienestar, que incluye acceso a conocimientos básicos, información y telecomunicaciones, salud y bienestar y sostenibilidad ambiental.
Aquí resalta que todas las regiones están en el rango de medio bajo o peor, donde aquellas con mejores indicadores están al sur del país. La capital, por su parte, evidencia bienestar bajo.
Finalmente, se mide el acceso a oportunidades, que mide derechos personales, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión y acceso a educación superior.
Aquí, solo Lima y la costa tienen progreso medio bajo. En el resto de regiones, el acceso a oportunidades se califica como bajo y muy bajo.