Rocío Barja Marquina
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Todavía preocupa. El último informe del Observatorio de la Calidad de las medicinas pone sobre el tapete, una vez más, un problema recurrente pero que tiene los días contados: los fármacos de dudoso origen.
Según el documento, en los primeros nueve meses del año, de las 450 evaluaciones realizadas por la entidad, se obtuvo como resultados la existencia de 123 medicamentos que no cumplen con los estándares de calidad que establece el Ministerio de Salud (Minsa).
En términos desagregados, se visualiza que 44 productos requieren cambiar las especificaciones técnicas, 31 tienen problemas con el rotulado, y 39 tienen problemas de deficiencia menor, lo que tiene como medida preventiva la inmovilización del medicamento, indica el documento.
Ahora bien, el dato más saltante de esta evaluación es que actualmente existen en el país nueve medicamentos con una calificación de deficiente crítico, lo que significa que ponen en riesgo la salud de la población.
“En este caso, lo que corresponde es la suspensión de la distribución, inmovilización y recojo del lote del mercado para su destrucción”, explicó el jefe de la Digemid, Pedro Llarasca.
Buena noticia
Ahora bien, si los datos anteriores son preocupantes, la buena noticia es que las cifras han registrado una disminución respecto a las obtenidas en similar período del año previo.
Para el funcionario, uno de los factores es el cambio normativo que entró en vigencia en enero de este año con la Ley de Medicamentos y los reglamentos adjuntos, los cuales han puesto en vereda tanto a laboratorios y droguerías en cuanto a la calidad de sus productos.
“Otro aspecto a tener en cuenta es el incremento de las pesquisas a nivel nacional. Para este año se tiene previsto llegar a las 1,400 lo que representa un aumento en más del 50% respecto al 2011”, dijo Llarasca.
En ese sentido, estimó que para el 2013, una de las metas es reducir a 1% el número de productos sin calidad.