Roberto Rosado
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Las constantes críticas a la baja ejecución presupuestal de los ministerios son una clarinada de alerta para que los funcionarios públicos aceleren la inversión, pero lo que preocupa es que, más que gastar más, no se ve una claridad hacia dónde invertir.
“El dato de que el Ministerio del Interior ejecuta el 20% de su presupuesto no sirve de mucho para la priorización del gasto, pues de todas maneras se debe gastar en seguridad ciudadana. El tema está en qué gastar”, manifestó el director de Calidad de Gasto Público del MEF, Jorge Messina.
Refiriéndose al caso de Educación, la dificultad está en identificar si se prioriza el gasto en educación inicial o primaria, secundaria o superior, bilingüe o rural.
“Si se apuesta por la educación primaria, viene otro tema, ¿se prioriza la infraestructura o la evaluación docente, o tener docentes competentes? Imaginemos que se decide por lo último, entonces, cómo se logra ello, ¿capacitación o acompañamiento pedagógico, o haciendo que regresen a las universidades? Esas son las cosas que se deben analizar”, comentó.
Frente a ello, resaltó la importancia de los estudios independientes sobre la evaluación del gasto público en algunos ministerios, los cuales ayudan a priorizar mejor el uso de los recursos.
Estas declaraciones las dio en su discurso de clausura de la presentación del libro “Gasto en la mira: Evaluando el gasto público”, elaborado por la Universidad del Pacífico (UP), y que reúne las mejores investigaciones de estudiantes universitarios.
Al respecto, Janice Seinfield, investigadora de la UP, incidió en que no se debe ver como un mérito que un ministerio gaste más sin importar en qué realmente gasta. “En un programa de salud materno neonatal encontramos una filtración en servicios de partos, pues se gasta mucho más en quintiles de ingresos más altos que en los de menos recursos”, comentó Seinfield.