Si bien muchas pequeñas y medianas empresas (pymes) han sabido sacar ventaja del boom económico que vive el país, incrementado sus volúmenes de ventas, e incluso avezándose a ofrecer sus productos al exterior, han olvidado uno de los pasos más importantes para que su negocio sea sostenible: la profesionalización.
Este “salto” en el ciclo de vida de las empresas es lo que explica su alta tasa de mortandad. Así lo aseguró Sergio Koremblit, de Educación Ejecutiva de la Universidad del Pacífico.
“La profesionalización tiene que ver con pasar a un nivel más estratégico, de diferenciación, donde el dueño se concentre en hacer crecer su negocio, mientras a los empleados se les delega la parte más operativa, de gestión del negocio (…) Pero para ello, se debe generar una regulación más flexible, con algún esquema de “subsidio cualitativo” por parte del Estado ”, señaló.
Pero Koremblit aclaró que este apoyo no está referido a una “perdida económica para el Estado”, sino a un subsidio donde las Pymes sean apoyadas con recursos y herramientas, o se implemente un programa de ‘premios y castigos’, donde se les de cierta flexibilidad en las cargas tributarias, por ejemplo, a cambio de una mayor capacitación.
Así –detalló–, la mayor presión que muchas de las pymes deberán enfrentar tras su incorporación al Régimen Laboral General puede ser reducido dándoles flexibilidad a aquellas que deciden “buscar el cambio” e invertir en su profesionalización, “y luego pueden entrar en ese régimen más fuerte”.
“De esta manera, se incentiva a que muchas pymes, que hoy no están profesionalizadas y que trabajan en la marginalidad porque estan siendo ahogadas por un tema de costos (cargas tributarias y laborales), vean que no les conviene trabajar así (…) Habrán algunas que se arriesgan y lo hacen, pero otras trabajarán en la misma situación hasta que en algún momento llega la fiscalización y mueren”, refirió.
Agregó que esta profesionalización sugerida hará más atractivo el negocio para que formen sus sucursales en otros países, realicen fusiones y adquisiciones, diversifiquen el riesgo y exporten la marca peruana. “Si se quiere vender la empresa a una más grande, no habrá compra si la pyme es totalmente marginada”.
Diferenciación vs. volumen
Koremblit explicó que la profesionalización de las pymes no solo les ayudará a ser transparentes y a manejar sus stock, sino que les permitirá aprender a diferenciar entre lo que deben hacer y la capacidad que hoy poseen.
Así –indicó–, se podrá construir una estrategia por diferenciación, que les permitirá salir de la marginación y contar con el respaldo necesario para competir en el mercado.
“No se puede empezar a trabajar por volumen cuando no se tiene la capacidad para hacerlo, pues luego se genera dependencia, probablemente de muy pocos clientes. Por ello, si no definen su estrategia, terminarán cayendo”, culminó.