Grecia abonó hoy la cuota de US$ 485 millones del préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aliviando por ahora el temor de una eventual quiebra técnica en momentos en que Atenas enfrenta una crisis de liquidez.
La deuda con el FMI se deriva del plan de rescate internacional de Grecia, en virtud del cual Atenas recibió US$ 255,456 millones en préstamos de otros países de la eurozona y del FMI para evitar la bancarrota.
Los crecientes problemas financieros de Atenas habían renovado el temor de que el país pudiera abstener de hacer el pago al FMI e incluso tener que salir de la zona euro.
El nuevo gobierno izquierdista del país está bloqueado en tensas negociaciones con sus acreedores tras su victoria en las elecciones generales de enero, por sus promesas de terminar con las ampliamente rechazadas medidas de austeridad sobre las que se asienta el rescate.
Los acreedores insisten en las reformas, sin embargo, y quieren un acuerdo con ellos antes de que descongelen los siguientes préstamos de rescate de Grecia, que han estado en espera desde agosto. Está pendiente una última cuota del plan de rescate, por un valor de US$ 7,664 millones.
En una conferencia en París, El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, dijo hoy que Grecia se ha comprometido con un plan fiscal que tenga sentido, pero que el gobierno no firmará un acuerdo sólo para obtener el último tramo del plan de rescate.
“La única manera que yo sé con la que se puede impresionar a la otra parte en el proceso de negociación, de que usted habla en serio y que quiere cambiar la conversación, es diciendo: Amigos, no vamos a firmar nada en la línea punteada hasta que ustedes nos den, sólo para obtener el próximo tramo del préstamo”, dijo Varoufakis.
“Al mismo tiempo (…) Tenemos que tener un plan fiscal que tenga sentido. Por el momento, Grecia está comprometida”, añadió.