Todo apunta a que el presidente Ollanta Humala aumentará la remuneración mínima vital en su último discurso de este 28 de julio, y aunque la medida puede ser tomada como populista, existe un segmento donde se justificaría un incremento.
Un estudio elaborado por Apoyo Consultoría sostiene que para el segmento de las medianas y grandes empresas se justificaría técnicamente una evaluación del aumento del salario mínimo, dado su mayor nivel de productividad por trabajador.
José Carlos Saavedra, jefe de Análisis Macroeconómico de Apoyo Consultoría, explica que se justifica un incremento del salario mínimo cuando este es menor al 50% del salario promedio del segmento que se analiza.
En el caso peruano, el salario mínimo es el 83% de la remuneración promedio en la micro y pequeña empresa, pero es el 43% del ingreso medio en el segmento de la mediana y grande, donde sí cabría una evaluación (ver cuadros).
“Para las empresas grandes sí se podría evaluar un aumento y para eso se toman en cuenta los criterios técnicos y la metodología que están en el Consejo Nacional del Trabajo”, comentó el analista de Apoyo.
El incremento del salario mínimo fue una de las principales promesas de campaña de este Gobierno que ya efectuó tres ajustes hacia arriba de S/. 150 en conjunto hasta los S/. 750, y a fines de este mes se espera el cuarto incremento.
Sin embargo, el estudio de Apoyo Consultoría advierte que un aumento de 10% en el salario mínimo destruye entre 3% y 4% de puestos formales para trabajadores no calificados.
“El salario mínimo en el Perú aumenta la desigualdad y desprotege a los más vulnerables porque excluye a los trabajadores menos calificados de un puesto de trabajo formal”, señaló.
El panorama se complica en la medida que bajo el actual escenario de desaceleración se espera una demanda de 200,000 puestos de trabajo, pero solo una oferta formal de 30,000, que incluso se reduciría si se encarece la mano de obra.
El estudio de Apoyo propone actualizar el salario mínimo de manera diferenciada, según segmentos del mercado laboral, y que al momento de actualizarlo se tome en cuenta el nivel remunerativo promedio de cada grupo de empresas.
“En Perú, la política de salario mínimo debe incluir criterios de diferenciación que reconozcan las enormes diferencias en la productividad”, anota el estudio de Apoyo.