El exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, argumentó que la razón de ser del Gasoducto Andino del Sur es desarrollar una petroquímica en esa zona del país, y el etanoducto propuesto por el Gobierno le estaría quitando piso. “Todo termina siendo un Frankenstein”, opinó.
Asimismo, sostuvo que la competencia de ambos proyectos debilitarían la industria de la petroquímica en el sur.
“Un país que aspira a tener una petroquímica que trata de tener una sola industria de una dimensión mayor y así alcanzar menor costo unitario y llegar más lejos con el mercado, entre otras ventajas, no puede tener dos proyectos que compitan entre sí, sobre todo cuando uno de ellos corre por suerte y riesgo del privado (Gasoducto Andino del Sur), y el otro tiene el apoyo del Estado (etanoducto)”, sustentó en la Hora N.
Argumentó que el “la parte fuerte del Gasoducto Andino del Sur es poder crear una petroquímica del etano. Entonces, (el etanoducto) sí lo debilita”.
“Se hablaba de llevar el gas a Quillabama y Puno, pero creo que un ducto solitario no lo puede hacer. Económicamente no sería viable. Sí se podría hacer como parte de un gran consumidor que esté al final del tramo, que sería la zona de Ilo, donde estaría la termoeléctrica y la petroquímica”, dijo.
Además, el exministro sostuvo que el etanoducto propuesto por el Gobierno no cumple el objetivo de seguridad energética (“está destinado para la industria”, aclaró) ni con el objetivo de abastecer de gas a todas las zonas donde se extiende el proyecto, a diferencia del Gasoducto Andino del Sur que sí cubre esas necesidades.