(Bloomberg).- Los líderes del Grupo de los 20 acordaron tomar medidas para dar a sus economías un impulso colectivo de US$ 2 billones para el 2018 en momentos en que luchan contra un crecimiento disparejo y la amenaza de una recesión europea.
Haciendo referencia a los riesgos de los mercados financieros y las tensiones geopolíticas, los mandatarios dijeron que la economía mundial se ve afectada por una demanda débil, de acuerdo con el comunicado que emitieron tras una cumbre de dos días que terminó ayer en Brisbane.
El grupo presentó cerca de mil cambios de política destinados a favorecer el crecimiento y señalaron que se harían mutuamente responsables para garantizar que se los implementara.
“Hay algunas señales de advertencia preocupantes en la economía mundial que son amenazas para nosotros y nuestro crecimiento”, declaró el primer ministro del Reino Unido David Cameron al terminar la reunión.
“Si cada país que ha venido aquí hace lo que dijo que haría en lo que se refiere a ayudar a impulsar el crecimiento”, incluidos los acuerdos comerciales, entonces el crecimiento continuará, agregó.
Las acciones para apuntalar el crecimiento llegan en momentos en que las políticas de todo el mundo se alejan de la reducción del estímulo monetario de los Estados Unidos, que tiene la economía más fuerte entre las naciones avanzadas, mientras que Europa y Japón suman más estímulo para evitar la deflación. El Fondo Monetario Internacional el mes pasado rebajó su proyección de crecimiento económico mundial para el año que viene a 3.8%.
Fomentar el comercio
Los compromisos de políticas en su mayor parte estructurales enunciados en la estrategia de cada país comprenden el plan de China de acelerar la construcción de redes de comunicaciones móviles 4G, un fondo de aptitudes industriales de 476 millones de dólares australianos (US$ 417 millones) en Australia y 165,000 viviendas económicas en el Reino Unido en cuatro años.
“El plan del G-20 para impulsar el crecimiento mundial es largo en aspiraciones pero corto en datos específicos”, dijo en un correo electrónico Frederic Neumann, co-responsable de economía asiática de HSBC Holdings Plc en Hong Kong.
“Lo que hay que hacer para reactivar el crecimiento mundial es claro: reformas estructurales. El comercio es una de las áreas en donde se podrían haber delineado más medidas concretas”.
En una conferencia de prensa en Brisbane, la directora gerente del FMI Christine Lagarde ayer les dijo a los mandatarios que, para evitar la “nueva mediocridad” del bajo crecimiento, la baja inflación, el alto desempleo y la abultada deuda, deberían utilizarse todas las herramientas en todos los niveles.
“Eso incluye no sólo política monetaria, que se está usando de manera significativa, en particular en la zona euro, sino también política fiscal, reformas estructurales y, bajo ciertas condiciones, infraestructura”, señaló.
El FMI y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos evaluaron los compromisos de políticas y dijeron que aumentarían el producto interno bruto del G-20 en otro 2.1% respecto de las trayectorias actuales para 2018, de acuerdo con el comunicado.