David Lipton, primer subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), sostuvo que la ejecución de reformas económicas hacia su liberalización es una de las formas más efectivas para luchar contra la corrupción.
Durante su participación en el seminario “Integridad de los individuos en la gestión del sector público” en la Junta de Gobernadores, el alto funcionario del FMI explicó que la corrupción perpetúa los aspectos de una economía muy ineficiente como protección a las importaciones, que crea industrias protectoras o monopolios que generan condiciones especiales para, por ejemplo, la explotación de los minerales.
“Esto ha llevado a muchos países a economías no muy abiertas o menos competitivas para crear posibilidades de corrupción. (Hay que ejecutar) reformas económicas muy radicales. Hacer cumplir la ley es importante, pero si no cambiamos los incentivos, la siguiente persona que entre a un empleo y reemplace a un funcionario enfrentará los mismos incentivos y estructuras que generaron la corrupción en primer lugar”, explicó.
De otro lado, cuando existe un entorno muy liberal y relaciones cercanas entre gobiernos, bancos y empresas, también se da cabida a la corrupción.
“Eso se convierte en un capitalismo de ‘los amigos corruptos’ como lo es en Asia. Se hacen inversiones y si les va bien, les va bien; si pierden, llama al gobierno para que llame a alguien del banco para que le dé un préstamo favorable”, indicó.